Uno de los miedos más comunes, es el mito de la toxoplasmosis y de como un gato puede transmitir esta enfermedad a mujeres embarazadas. Ya en otro post comenté la verdad y toda la verdad de esta enfermedad. Basta con no entrar en contacto directo con las heces del gato para que no ocurra nada. Hay demasiada ignorancia y prejuicios al respecto, y hay muchos profesionales que ante la desinformación recomiendan deshacerse del gato. Una solución horrible y cruel que solo trae miserias para este inocente ser vivo.
Aparte de esta enfermedad suele haber una preocupación desmedida por los posibles cambios de comportamiento de un gato ante la llegada de un bebé a casa.
Hoy quiero contaros por qué es una idea maravillosa que ambos convivan juntos. Y también unas sencillas pautas, para que la vida en común sea perfectamente compatible.
Convivencia entra gatos y bebés
Antes de entrar en detalles sobre consejos para una feliz convivencia, es importante que sepas que la vida con gatos es muy beneficiosa para tu bebé. Crecerá rodeado de un amor único y muy especial, cosa que le convertirá en una personita llena de empatía y respeto por todas las formas de vida.
Aparte de estar educando a una gran persona, la convivencia entre bebés y gatos es ventajosa para su salud. Según un estudio realizado por la Universidad de Finlandia, el número de estornudos y tos se reducía bastante en casos de convivencia con perros y gatos.
Si el bebé no nace con una alergia evidente al pelo del felino, convivir con uno reducirá las posibilidades de que desarrolle una en el futuro.
Esto se debe a que el sistema inmunológico de tu bebé irá creando anticuerpos que fortalecerán sus defensas.
Digamos que vivir con gatos desde el principio, es como una vacuna contra posibles alergias. Así que si vas a ser madre y tienes un peludito por casa, no lo abandones nunca.
Consejos para vivir con tu gato y tu bebé
Para empezar todo gato es un mundo, y cada uno reaccionará de una forma a este cambio en el hogar. Pero debes tener en cuenta que la llegada de un nuevo inquilino a casa es vista por un gato como un suceso extraño que altera su rutina.
Los bebés hacen ruidos estridentes, tienen su propio olor, requieren mucha atenciónpara un gato esto supone muchas alteraciones.
Como todos los amantes de los felinos sabemos, los gatos (en mayor o menor medida) no suelen llevar muy bien los cambios en su entorno, por eso es importante comprenderles para hacer todo el proceso más sencillo.
Dicho esto, vamos a contaros algunas pautas para facilitar la convivencia entre gatos y bebés.
Debes preparar al gato para la llegada del recién nacido
Una vez tu hijo haya nacido, y aún esté en el hospital es recomendable que dejes en casa una mantita, o alguna prenda que haya estado en contacto con el bebé. Es importante que el gato huela de antemano a tu hijo, y se acostumbre a ese nuevo estímulo. Así cuando llegues a casa, no será un cambio tan brusco para tu felino.
También puedes probar durante unos días antes a ponerle algunas grabaciones de llantos de bebés para que se habitúe a estos sonidos.
Piensa que es un sonido que tu gato va a escuchar con bastante frecuencia y le estresará. Así que ve poniéndole esas grabaciones y alarga la exposición de forma gradual.
Supervisa los primeros encuentros entre tu gato y tu recién bebé
Estos incipientes acercamientos son fundamentales para la futura convivencia. Debes estar delante las primeras veces que se vean. Lo más normal es que si tu gato es sociable o no muy asustadizo, se acerque a olfatear al pequeño.
En este momento, debes aprovechar para darle un premio, acariciarlo y demostrarle lo mucho que le quieres. Tu gato debe comprender que sigue siendo importante en el hogar y para ello, debe asociar la presencia del niño con algo positivo. De esta forma, la adaptación irá mucho mejor.
Si tu gato intenta tocar al bebé, tienes dos opciones. Si conoces bien a tu gato, y confías en él, deja que lo haga. De esta manera, le das a entender a tu gato que no hay ningún riesgo.
Si no tienes muy clara la reacción de tu felino, debes apartarlo con suavidad, sin castigos ni regañinas en ningún momento.
Si tu gato es miedoso y se asusta del bebé, no fuerces la situación. Deja que de forma progresiva supere su temor, verás como con el paso del tiempo, se irá acercando a tu hijo.
Si todo va bien en este primer contacto no alargues demasiado el momento, y distrae la atención de tu gato hacia otros objetivos.
Marca los límites
Es muy importante educar al gato para que sepa que no debe subir a la cuna del bebé o al regazo mientras estás amamantando. Y no deberías permitir que esté en una habitación si no estás presente. No hay que hacer un drama con esto, simplemente si el pequeño está durmiendo, cierra la puerta y listo.
A medida que el bebé crezca y el gato se acostumbre, podrás ir dejando a ambos solos sin riesgo para ninguno de los dos. Y nunca olvides, que tu gato también es tu hijo. Es decir, reparte tu atención.
Puedes estar con tu bebé amamantándole pero cuando acabes dedica un ratito de mimos a tu otro pequeño.
Hay que mantener siempre la calma
En las primeras interacciones entre gatos y bebés debes siempre tener una actitud de tranquilidad y serenidad. Si el gato te nota intranquilo, nervioso e inquieto, percibirá que estás a la defensiva y ellos también activarán su señal de alarma.
Si tu felino siempre ha sido un animal tranquilo, puedes confiar en él y permitir que se acerque a tu hijo de forma natural. Después debes recompensarle con premios y cariño.
Estudia el lenguaje corporal de tu gato cada vez que se acerque a tu hijo. Si tiene la cola hacia arriba y no la mueve es señal de alarma. Esto implica que está nervioso, así que debes atenderle para tranquilizarlo. Es decir, fíjate, analiza su actitud para prever su comportamiento y colma sus necesidades.
Limpieza en casa
Cuando tienes gatos la higiene es básica, pero si tienes un hijo debería ser aún más crucial. Debes limpiar con más frecuencia y poner el arenero de tu gato fuera del alcance de tu bebé cuando pueda gatear.
También deberías cortar o limar las uñas de tu gato forma regular para evitar arañazos accidentales.
Instala una red para la cuna
Aunque lo ideal es que el felino no pueda entrar en la habitación del bebé, por precaución compra alguna red para su camita. Esto no quiere decir que tu gato no pueda dormir junto a tu bebé.
Si tu gato es sociable y tranquilo, basta con que estés presente especialmente los primeros meses de vida. Los gatos suelen buscar el calor y de manera inconsciente pueden aproximarse mucho al recién nacido y taparle la naricita con su pelo. Repito, mientras estés cerca y pendiente, no hay ningún riesgo de nada.
Haz que su ambiente sea aún más rico y entretenido
A los felinos les encanta interactuar con todo el entorno. Los muebles y todo tipo de objetos son un entretenimiento para los gatos, pueden corretear, saltar, escalar, tumbarse en las alturas Así que puede ser interesante proporcionarle nuevos estímulos alternativos. Puedes poner un estante en lo alto al que pueda escalar y colocar una superficie mullida para que descanse y mire desde lo alto.
Puedes comprarle un árbol rascador, instalarle una cama casita cerca de las ventanas (siempre protegidas), más puntos de comida por casaEs decir, haz que su entorno sea interesante, curioso y enriquecedor.
Así tu gato se lo pasará en grande y se distraerá muchísimo. Pero que esto no sea excusa para ignorar a tu primer hijo, solo es una forma de premiarlo. Dedica cada día tiempo para que juegue contigo, dale sus premios, dale cariciasEl es un ser importante en tu vida y merece seguir formando parte activa de ella.
Y si aún dudas de que la convivencia entre gatos y bebés, mira este precioso recopilatorio de vídeos.
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