Desde hace varios años, los vídeos e imágenes de gatos no tardan en volverse virales. Hoy os traemos una raza de gato de lo más peculiar, se trata del Peterbald. Es un gato de apariencia oriental, con una particularidad, carece de pelo. A pesar de ser una raza, relativamente nueva, tiene alrededor de unos 15 años, ya está reconocida por las principales asociaciones felinas. Poco a poco va cogiendo adeptos al ver en él un gato diferentes y estilizado.
Esta raza se creó en 1994 en San Petersburgo, Rusia. A su creadora, Olga Mironova, se le ocurrió efectuar cruces entre gatos siameses y orientales Don Sphynx, para obtener un ejemplar sin pelo diferente al Sphynx. Cuenta la leyenda, que el nombre de esta raza se le ocurrió mientras observaba el monumento de Pedro Primero El Grande, zar de rusia y fundador San Petersburgo. En el monumento el zar aparece calvo y de ahí el nombre de Peter-Bald, es decir, Pedro Calvo.
Son ejemplares de tamaño mediano, con la cara de forma triangular y orejas muy grandes y erguidas. Sus patas son largas y delgadas, pero de un tamaño ideal para que de apariencia de gato equilibrado. También, llama la atención en las patas el largo de sus dedos, parecidos a los de un mono. En cuanto a su piel, éstas en muy suave y sensible, totalmente descubierta. Está protegido por un leve vello casi imperceptible. Suelen tener numerosas arrugas en la cara y algunas menos en el resto del cuerpo. Se pueden encontrar en cualquier color, todos los patrones y colores son permitidos.
Peterbald al parecer es un gato muy manso, el cual reclama y disfruta de la constante atención de su dueño. Es perfecto para la vida familiar, ya que le gustan muchos lo niños y puede convivir con otros animales. También, es bastante paciente, por lo que no tiende a enfadarse casi nunca. En cuanto a sus cuidados, al carecer de manto, necesitará protección tanto para el frío como para el calor. En invierno es recomendable que le mantengamos en casa, a una temperatura confortable y en verano, le pasa como a las personas, su piel se broncea con el sol y luego volverá a su color natural. No posee una piel seca, así que no necesita excesivos cuidados de forma constante. Basta con pasarle unas toallitas húmedas o un paño húmedo de vez en cuando para limpiarlo.
Imágenes/Flickr: NancyK (3)