Los gatos pueden conservar su energía mientras duermen, mucho más que cualquier otro animal. Y esto se da especialmente a medida que envejecen. Por este motivo es muy común que veamos a los grandes felinos tomarse largas y profundas siestas, que pueden llegar a durar entre 13 y 14 horas en promedio de duración. Incluso hay algunos que pueden llegar a dormir hasta 20 horas.
También hay que resaltar que, debido a su naturaleza nocturna, los gatos pueden entrar en un período que se conocer como de hiperactividad y juego durante las tardes, que los mantiene sumamente activos, juguetones y demandantes, y a veces realizan largas corridas y dan saltos evidenciando su energía acumulada.
Hay que mencionar que también su temperamento irá variando dependiendo de la raza y la sociabilidad con la que esté criado y acostumbrado el animal. En este sentido, los felinos de pelo largo suelen ser más pesados y con menos energía, mientras que los de pelo corto tienden a ser más delgados y mucho más activos.
Además, debemos destacar que su temperatura corporal suele rondar los 38 a 39 grados centígrados, llegando a considerarse una fiebre si el gato alcanza los 39 grados y medio de temperatura. Por el contrario, si tiene 37 grados y medio, ya se considera una temperatura baja, vinculándola con la hipotermia. Si se los compara con los humanos, nosotros solemos tener entre dos grados y medio y tres grados menos que los felinos.
Respecto a su ritmo cardíaco, el gato doméstico alcanza los 120 y como máximo 200 latidos por minutos, y esto depende por supuesto, de la excitación o no del animal en el momento de hacerse la medición. En promedio, cuando el gato está descansando, su ritmo cardíaco oscila entre los 150 y los 180 latidos por minutos.
Un dato a tener presente es que el proceso de la adaptación a la vida basada en una dieta carnívora, hace que los gatos se vuelvan incapaces de poder sintetizar algunos ácidos grasos esenciales. Esto ocasiona que se infiera que los felinos utilicen una vía, que aún no se ha podido determinar, para poder generar estos ácidos grasos esenciales, con el fin de desarrollarse de forma normal y también para la reproducción.
También podemos mencionar que aspectos de la biología de los gatos y los felinos en general, reflejan una selección de genes vinculados con el metabolismo lipídico. Tal es el caso del den ACOX2, que resulta fundamental para el metabolismo de los ácidos grasos de cadena ramificada. En este punto, se ha sugerido que sirve para poder regular los niveles de triglicéridos. Así como también, las mutaciones del gen PAFAH2 se ha podido asociar con el riesgo de enfermedad cardíaca coronaria y además con la isquemia.