Se trataba de la raza San Bernardo y su labor durante la búsqueda y el rescate de montañeros extraviados fue el origen de lo que hoy se conoce como perro de salvamento. Después, durante la Primera Guerra Mundial, los alemanes utilizaron perros para la localización de soldados heridos en las zonas devastadas por las batallas. Igualmente, en la Segunda Guerra Mundial fueron los británicos los que emplearon esta misma técnica para salvar a los suyos de entre las ruinas que había provocado el enfrentamiento bélico.
Categorías compatibles
Esta faceta ha ido desarrollándose y perfeccionándose a través del tiempo gracias al entrenamiento, convirtiendo a nuestro mejor amigo en un valioso instrumento al servicio de la sociedad fuera de casa. Y es que al margen de su rol de mascota, el perro es un animal cuyos impulsos pueden ser aprovechados, fomentados y atenuados para conseguir determinadas conductas.Sin embargo, el hecho de que un ejemplar participe de lleno en la búsqueda de personas tras una catástrofe, no significa que su emotividad se anule y no podamos seguir disfrutando de su alegría dentro del hogar, ya que se trata de categorías absolutamente compatibles. Así lo entienden los profesionales que se dedican a actividades de rescate canino y que encuentran en su colaborador un complemento indispensable para buscar vida bajo el escombro, además de un excelente compañero para el día a día. El vínculo existente entre un perro y su guía es indiscutiblemente férreo.
La raza es una cuestión personal
La cuestión de la raza tiene varias interpretaciones. Según comenta Isabel Herrán, webmaster de Perrosdebusqueda.com, todo depende de la disciplina que vayamos a realizar, puesto que "uno que no sea de raza puede ser tan bueno como el que tenga el mejor pedigree". Igualmente, es posible que una misma raza pueda ser perfectamente válida para varias tareas, sólo que su entrenamiento será diferente: "un Labrador que va a trabajar en rescate deberá tener un alto impulso de caza y lúdico, y trabajaremos para fomentar ambos, pero si un Labrador va a ser lazarillo, se trabajará en contra de esos impulsos con el fin de atenuarlos".Roberto Rubio, Presidente de S.A.R. España (Salvamento, Ayuda y Rescate Español), coincide en este punto admitiendo que "hay algunas que tienen mayor índice de éxito -Labrador, Perro de Agua español, Golden Retriever, etc.-, pero también hay razas que se han clasificado como potencialmente peligrosas y que trabajan en escombro perfectamente, como el Pit Bull".
Características deseables
A la hora de buscar rasgos en un can que sirvan de base para empezar a trabajar, Herrán comenta que "necesitaremos un perro que posea una capacidad de aprendizaje elevada, grados de sensibilidad normales, capacidad de adaptación, energía, atención, etc. Y después, según la disciplina, es vital que algunos impulsos, como el de caza y presa, estén más o menos desarrollados, incluso se trabaja para fomentarlos o atenuarlos".Las clasificaciones no son rígidas dentro del rescate canino, ya que "son los individuos los que desarrollan unas cualidades más que otras", indica Rubio. En cuanto al debate de si son mejor los machos o las hembras, los expertos admiten que no existen teorías que demuestren que un sexo es mejor o peor, quedando la elección en manos del guía y de su experiencia.
Vínculo fundamental
En un mismo perro pueden compatibilizarse armoniosamente las funciones de compañía y rescate. Bien entrenado, aprenderá a diferenciar cuándo es trabajo y cuándo es diversión. De hecho, los expertos entrevistados por Mascotasyhogar.com coinciden en que es fundamental que el can viva en el hogar del guía. "No sirve de nada tener un perro en una jaula y después pretender que éste responda bien ante una emergencia", afirma Rubio, añadiendo que "tiene que estar mimadísimo porque está dando por los demás algo que no dan ni por ellos mismos".En una operación de salvamento, el animal está entrenado para detectar vida y el guía debe saber interpretar sus señales y sus reflejos corporales. En esta línea, Herrán manifiesta que "el hecho de que el animal conviva con nosotros nos permite aprender a conocerle perfectamente, lo que durante una intervención se traduce en que sepamos leer al perro perfectamente. Lo mismo ocurre con él: al conocernos, el vínculo será mucho mayor. Así, tendrá un apoyo psicológico importantísimo sólo por el hecho de estar con su guía".
El riesgo es muy alto
Evidentemente, el hecho de que el perro viva con su guía también tiene desventajas. "Sabemos que el fin último de nuestros perros es salvar vidas, aunque ello suponga normalmente arriesgar la suya", confiesa la webmaster de Perrosdebusqueda.com. En este sentido, la experta pone un ejemplo muy repetido entre los voluntarios de rescate canino estadounidenses, donde seleccionan al perro por sus aptitudes como mascota. ?Te dicen que es cruel dejarles entrar en un edificio que corre el peligro de derrumbarse y que ellos no lo harían?, afirma Herrán.De este modo, el propietario del can está faltando a su auténtico deber. "El guía debe tener muy claro que su perro, aunque sea también su mascota en casa, es su herramienta de trabajo y está a disposición del ser humano, por lo que deberá correr los peligros necesarios para desempeñar su tarea". En resumen, se trata una disciplina que implica vidas humanas y en la que la compenetración debe ser absoluta.
Imágenes: S.A.R. España
Agradecimientos: Isabel Herrán, webmaster de Perrosdebusqueda.com y Roberto Rubio, Presidente de S.A.R. España.