Por si fuera poco, familiares y amigos suelen decir que la convivencia no es posible, que es una locura, que el perro le va a transmitir enfermedades, que puede morder al niño, etc.
Así, y debido a la falta de cultura que tenemos en este país sobre los perros y las mascotas en general, muchos son los perros que terminan en protectoras, en el mejor de los casos, y abandonados o sacrificados en el peor.
Hablo de la falta de cultura, porque la respuesta a la pregunta que titula el artículo es sí, pero no un sí normal sino una afirmación rotunda.
No sólo es bueno, sino que tiene algunos beneficios que vamos a ir viendo a continuación.
Los niños que conviven con perros tienen un mejor sistema inmune
Desde hace unos años hay una obsesión por la limpieza y por la asepsia que no está costando cara. Es bueno que limpiemos, pero no tanto como lo hacemos.
Nuestro sistema inmune se tiene que enfrentar cada vez a menos ataques, por lo que es débil. Eso significa que resiste peor las enfermedades, algo que no le pasa al sistema inmune de los niños que están con perros a diario.
Su sistema inmune se refuerza con el fin de luchar contra algunos de los microorganismos que portan nuestras mascotas, por lo que un niño que convive con un perro es un niño más sano.
Los pequeños hacen más ejercicio
La obesidad es uno de los males de nuestro tiempo. Si te fijas, verás como los padres llevan a los niños en coche a todas partes, por lo que apenas hacen ejercicio.
En el caso de que el niño conviva con uno o varios perros, el ejercicio está más que garantizado. Ambos van a jugar juntos, lo que implica correr, saltar, lanzar cosas, por lo que el niño hará bastante ejercicio, previniendo así la obesidad.
Los niños con perro son niños más responsables
La responsabilidad no es una de las cualidades de las generaciones actuales. Aquí no vamos a hablar de las razones, pero lo cierto es que en general los niños son muy irresponsables.
Al tener un perro eso no ocurre. El perro tiene que comer una o varias veces al día, tiene que tener siempre agua limpia, debe pasear varias veces al día, hay que peinarlo, lavarlo, etc.
Todas estas son tareas que se pueden dejar para que las haga el niño, siempre con supervisión, de modo que sepa desde muy temprana edad lo que es la responsabilidad, pues su perro, su mejor amigo, depende de él para vivir.
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