Acabo de adquirir un cachorrillo de Jack Russell de tres meses, al que he llamado Momo, y que para mi es muy guapetón (pasión de padre me imagino). Después de mucho leer por internet este fin de semana me he dado cuenta de que no he elegido una raza fácil...sabía que eran inteligentes, y como todos me he dejado llevar por las monerías y proezas de las estrellas televisas y cinematográficas de esta raza. Craso error, que ahora tendré que subsanar adiestrando a Momo desde el principio, y ser muy tenaz con el asunto.
Mi mayor preocupación realmente es que tengo un gato en casa, Igor, un ruso azul de 8 meses que adopté hace unos meses, y que de momento juega de vez en cuando con el cachorro, le busca, y no se ha estresado con la llegada del nuevo miembro a la familia. Cuando el perrito es demasiado pesado le llama al orden con su pata, suavemente, sin arañarle...aunque ahora, tras 6 días en casa, Momo se siente más seguro y está empezando a sacar los pies del tiesto; cuando juegan lo hacen de manera más "energética", bajo mi atenta ( y preocupada) mirada.
He pasado de temer que el gato le haga daño a Momo, a que este cuando sea más mayor y con dientes de verdad saque su instinto cazador y me encuentre al pobre Igor tieso al llegar a casa.
Me compré un libro por Internet, en el que se relatan historias espeluznantes de Jack Russells que no fueron correctamente adiestrados, o no lo fueron en absoluto por sus dueños, y pasaron de ser una bolitas de peluches mimosas y juguetonas a verdaderos monstruos destructores y agresivos que les amargaban la vida . Al parecer es el perro más abandonado en los EEUU porque sus propietarios nunca se imaginaron a lo que se enfrentaban cuando los cogieron y no supieron adiestrarlos como es debido....y al final optaron por abandonarlos. Terrible, la verdad, pero sin duda un dato que me da escalofríos por lo que me toca. Afortunadamente también leí muchos casos de personas que estaban felices con sus perros, y aún reconociendo que eran unos pillos cabezotas que trataban siempre de salirse con la suya, para muchos son una bendición de los que hablaban que habían con verdadera pasión y devoción(menos mal....).
En casa de mis padres siempre ha habido perros, de varias razas, tamaños y géneros, y siempre me obedecieron sin ningún problema, hasta el punto que en un momento dado paseaba con tres de ellos por la urbanización sin correas porque estaba completamente seguro de que me obedecerían sin rechistar , y nunca tuve ningún susto ( eran un Boyero de Berna, una pastor alemán, y una cocker). Vamos, que no soy novato en esto de los perros....pero tras leer el libro (algunos capítulos dos veces) y mucho investigar por la red, he comprendido que me enfrento a un Gremlins en potencia. En mi mano hacerle un perro adaptado, obediente y socializado (y amante de los gatos, al menos de uno, por la cuenta que le tiene a Igor).
Total, que me he puesto manos a la obra y he empezado ya a ponerle limites a Momo, y enseñarle algunas cosas y estoy flipando en colores con su capacidad de aprendizaje. En 4 días ya viene cuando le llamo, obedece a "Sit" automáticamente, se queda quieto cuando se lo digo, le tiro la pelota, me la trae, y se vuelve a sentar para que le de su recompensa ( caricias y una bolita de pienso, otra marca y de bolitas mas grandes que el que le doy para comer). Lo de los pis y las cacas no lo lleva tan bien. Le he puesto un arenero en la entrada de casa, pero solo lo utiliza cuando le apetece (menos veces que más), pero me pondré con ello esta semana.
Si alguno tiene un Jack Russell, me encantaría conocer vuestras experiencias y que me dijeseis si mis miedos son infundados y me he emparanoiado un poco con tanta lectura, o si de verdad estoy siendo sabio y prudente al tomarme el asunto en serio.
Gracias por leerme,
Saludos
J.