Cuando trabajamos con nuestro perro, estamos demasiado acostumbrados a usar comida como premio o reforzador primario recompensando aquellas conductas que buscamos fijar. Sin embargo, si no hay nada más entre tú y tu perro, cuando desaparece el reforzador, es decir, la comida, eso que tanto trabajo nos ha costado tiende a diluirse hasta desaparecer también. El uso de comida puede estar bien para iniciar al animal en diversos ejercicios o para enseñarle nuevas habilidades pero, no sirve para todo. Debemos ser exigentes con nosotros mismos como guías y referentes de nuestro perro, e intentar ir más allá.
En este sentido, cuando se trabaja por el hecho de compartir tiempo de calidad, juntos, buscando divertirse, puedes llegar a convertirte en su principal recompensa, estarás fortaleciendo su capacidad social y llevarás el vínculo con tu perro a otro nivel.
Incluir este tipo de refuerzo fomenta la relación y, sobre todo, que las conductas que buscamos en nuestro perro sean consistentes en el tiempo ya que, el carácter social de este tipo de refuerzo resulta, a la larga, más motivador que cualquier otro.
http://perrygatos.es/art%C3%ADculos/colaboraciones-con-publicaciones/juego-premio-que-educa/
Lila, a protagonista de hoy, es una preciosa braca de solo 4 años. Es buena, cariñosa y sociable hasta con gatos.
Si quieres adoptar o acoger, contacta con dan.asociacion@gmail.com