Es por ello que los gatos están considerados como uno de los mamíferos con un sistema sensorial de lo más desarrollado y sofisticado.
Respecto de su visión, hay que decir que es ampliamente superior a la propia de los humanos y más durante la noche o en lugares de completa oscuridad. Aunque durante el día, los felinos no tienen la misma suerte y su visión se ve claramente disminuida.
Esto se debe que, al igual que los perros, tienen lo que se conoce como el tapetumlucidum, que es el encargado de reflejar luz adicional sobre la retina felina.
Pero ante la presencia de luz abundante, la pupila de los gatos se cierra notablemente, y esto se da para reducir la cantidad de luz que ingrese a la retina, y así puedan mejorar la profundidad de campo visual. Todo esto hace que los gatos posean un umbral de detección de luz superior en siete veces a la de los seres humanos.
A todo esto, también debemos saber que los felinos tienen la posibilidad de ver el infrarrojo cercano. Y es que, debido a varias experimentaciones, se pudo determinar que los gatos se sienten atraídos a un cuerpo fundamentalmente por el calor que éste emite, más allá del propio movimiento del mismo.
Y si le sumamos una virtud más a su sentido de la vista, los gatos poseen un campo visual de aproximadamente 200 grados, a diferencia de los humanos, que contamos con un umbral de 180 grados.
Respecto a su audición, debemos mencionar que los gatos pueden percibir sonidos de tonalidades superiores a dos octavas, de los que pueden llegar a escuchar las personas. Y también una octava más elevada de lo que alcanzan a escuchar los perros. A su vez, tienen la capacidad de rotar sus orejas, con el fin de poder precisar el origen del estímulo sonoro.
Su olfato también es destacable, y logra detectar feromonas. Y es que también pueden llegar a comunicarse químico-sensorialmente mediante estas feromonas. Aunque en muchos otros aspectos, los perros tienen mucho más desarrollado el sentido del olfato, como remite su instinto de caza no tan desarrollado en felinos.
Finalmente, debemos hacer referencia a su sentido del tacto, y para ello mencionaremos que posee cerca de 12 cerdas sensitivas en su labio superior, y en algunos casos también en sus mejillas, ojos y mentón, llamadas vibrisas.
Hay casos en que estas vibrisas también pueden llegar a ubicarse en las cejas y en las muñecas del animal.
Tienen la función, estas cerdas, de transmitir impulsos eléctricos que se relacionan con impresiones táctiles a la región somatosensorial de la corteza cerebral del animal. Por todos estos motivos descriptos, claramente vemos en los felinos una capacidad sensorial que supera sobremanera las capacidades de las que gozamos los seres humanos.