El experimento consistía en probar diferentes estrategias de juego en la bolsa a corto plazo. Compitieron expertos economistas, estudiantes y el gato Orlando. Éste desplazaba su ratón de juguete por una alfombra dividida en cuadrados. Cada cuadrado tenía el logotipo de una compañía con la propuesta de vender o comprar sus acciones. De acuerdo con los resultados de 2012 el gato incrementó su capital inicial en un 10 %, mientras que los economistas lograron tan solo el 2 % y los estudiantes terminaron en negativo.
Ojalá de todos mis gatos uno tuviera esa cualidad.