Otra heroicidad canina, ¡una vida salvada!

Hoy quiero hablarte de Noah, un perro casero, chiquito, de once años, un mestizo mimado y regalón que vivía una buena vida con su familia en Canadá.

Tenía dos humanos: Ken y Jane. Jane tenía problemas pulmonares, y de hecho necesitaba oxígeno en su día a día. Llevaba vida lo más normal posible, y cuidaba y adoraba a su perrito.

Era una noche como cualquier otra, pero Jane no se sentía bien. Le costaba un poco respirar. Era tarde y no quiso despertar a Ken, así que se levantó sin hacer ruido, cerró la puerta del dormitorio y bajó al salón, donde se puso su oxígeno y se acostó en el sofá, esperando que una mayor altura la ayudara a dormir mejor.

Allí estaba también Noah, siempre siguiéndola y echándole un vistazo, y fue él quien notó el momento en que Jane se desmayaba. Algo malo estaba pasando. El perro no había sido entrenado en modo alguno, no tenía formación como perro de socorro, pero cuando vio a su humana perder el sentido lo supo de inmediato y obró en consecuencia.

Ken se despertó pocos minutos después por los insistentes ladridos del perrito, que ladraba y rascaba la puerta del dormitorio desesperadamente. El hombre estaba enfadado, eso es normal, pero cuando salió y vio a Noah bajar corriendo al salón, tuvo un presentimiento. Cuando bajó, ahí estaba su esposa, desmayada, y no podía despertarla. Ken llamó a una ambulancia a toda prisa.

En el hospital, se descubrió que estaba desarrollando una neumonía, y, junto a los problemas pulmonares, esto había provocado el desmayo. Le dijeron a Ken que Jane estaba a minutos de morir, pero la rápida actuación de Noah le salvó la vida. Ya ves, un perrito sin ninguna clase de entrenamiento. ¡Los perros son héroes natos!

Marcos Mendoza

PD: Si quieres conocer más historias como esta, no dudes en pasarte por mi página.

¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?
Etiquetas:

Recomendamos