La Guardia Civil de Ribadavia imputó ayer a un hombre de 52 años un delito de maltrato de animal, después de que otro vecino denunciara que cortó con una navaja el pene de un perro sin raza definida porque acosaba a una perra en celo de raza podenco, propiedad del imputado, que responde a las iniciales de E. D. R.
Sin Chan, un perro mestizo, ha sobrevivido a la brutal agresión, la amputación de su pene, de la que fue objeto el domingo por la tarde en Francelos, en el municipio ourensano de Ribadavia. Unos vecinos oyeron los gritos del animal y avisaron al dueño de lo que estaba pasando. El perrito volvió a casa de su amo malherido, su dueño le hizo como pudo unas curas rápidas y el animal escapó, según relató Braulio Moroño, hijo del propietario. No apareció hasta el día siguiente, cuando lo llevaron a una clínica veterinaria de Ribadavia. El veterinario vio que al animal le faltaba más de la mitad del pene y tenía los vasos sanguíneos cortados. «Chegou nun estado lamentable. Houbo que amputarlle todo, castralo e ir ata atrás para facerlle unha apertura da uretra para que poida orinar», expicó el veterinario que lo intervino, Emilio Díaz, quien en su vida profesional asegura que nunca había visto un caso semejante.
El imputado tuvo que prestar declaración en el Juzgado de Instrucción de Ribadavia, donde según los denunciantes, asumió su responsabilidad en el cruel hecho y se mostró dispuesto a hacerse cargo de los gastos veterinarios.
La única explicación a esta crueldad parece ser que el denunciado pudo ver al perro mestizo montando a su perra de raza podenco, ya que de otro modo difícilmente podría haber accedido al pene del animal. Además, no había mala relación entre los vecinos. El denunciado se había trasladado hace poco a vivir a Francelos y mantenía un trato aparentemente cordial con el denunciante.
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