Todos los que compartimos nuestra vida con uno o varios perros, hemos tenido que escuchar en más de una ocasión al típico pesado que nos dice que por mucha limpieza que tengamos, nuestra casa va a seguir oliendo a perro. Una afirmación bastante desafortunada, que tiene tan poco de cierto como eso de que los gatos negros dan mala suerte a todo aquel que se los encuentre en su camino o que es imposible educar a un perro adulto.
Un perro, al igual que nosotros y nuestros hijos, es evidente que va a dejar su rastro por nuestra casa. Rastro que puede ser muy pequeño si ponemos en práctica algunos de los consejos que os damos en unos instantes.
Como mantener la casa limpia teniendo perro
Sabemos que mantener la casa como los chorros de loro, no siempre es una tarea sencilla, ya que a menudo, tras las obligaciones del día a día lo que menos nos apetece es ponernos a limpiar. No se puede evitar la limpieza, pero si es posible hacer que esta no sea tan necesaria o tenga que hacerse con tanta frecuencia si decidimos:
Cambiar todas las alfombras en las que el perro pueda tumbarse por otras que sean fáciles de limpiar. No hay nada más tedioso que limpiar que una alfombra, sobre todo si son de esas de moqueta en las que los pelos se quedan incrustados. Si quieres algo cálido bajo tus pies, elige una de esas alfombras de bambú que tan de moda están últimamente.
Lo mejor es que no le dejes que se suba al sofá y muebles similares, pero si no puedes evitar decirle que sí cuando te lanza una de sus mejores miradas suplicantes, compra unas fundas que sean fáciles de limpiar.
Olvídate del cepillo y compra o usa un aspirador. Los cepillos convencionales, suelen hacer que los pelos se queden flotando en el ambiente, posándose en el lugar que crees que acabas de dejar como una patena.
No dejes los cepillados para la época de muda. Un buen cepillado diario o semanal (depende del tipo de pelo que tenga tu mejor amigo) le ayudará a tener el manto en mejores condiciones y evitará que todo tu hogar sea colonizado por sus pelos.
Quita el pelo de los muebles con paño húmedo, para evitar que estos salgan volando y se queden pegados según vayas limpiando.
Y por último, sacude todos los días la cama o el cojín/colchón en el que duerma tu peludo para que los pelos, escamas de piel y restos de comida no se acumulen en él. También es conveniente que los metas en la lavadora una vez cada 15 días para matar las bacterias y demás microorganismos que se hayan podido instalar en su lugar favorito.
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