@itsdougthepug
¿Cómo puedes saber si tu perro vomita o regurgita?
La diferencia es bien clara: cuando el perro vomita, el cuerpo se prepara para ello. Podrás observar cómo antes de vomitar el perro suele salivar más de la cuenta, incluso puede babear, empieza a tener contracciones abdominales, náuseas y llega un momento en que parece que no puede ni respirar y cuando por fin puede hacerlo, es que ha vomitado. En este sentido, el vómito contiene lo que había en su estómago o incluso en su intestino delgado. A veces será comida, y otras veces será bilis (verás que el vómito es totalmente amarillo).
Cuando tu perro regurgita, no hay aviso. No hay salivación, ni arcadas ni contracciones. Le viene de golpe, sea comida aún no digerida o agua (normalmente pasa cuando comen o beben demasiado rápido). Y es comida no digerida porque la regurgitación no le viene del estómago, si no del esófago.
Otro caso que puede ocurrir es que tu perro expectore. En este sentido, cuando el perro está muy cargado de moco, tose y al hacerlo suele echar mucosidad, pero no debe confundirse con vomitar o regurgitar, porque la expectoración siempre viene acompañada de tos.
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¿Por qué es importante conocer la diferencia entre vomitar y regurgitar? Porque así no confundiremos al veterinario y podremos explicar claramente qué le ocurre a nuestro perro, ya que el diagnóstico no tiene nada que ver.
Mientras el hecho de vomitar está relacionado con problemas alimenticios o intestinales, es decir, digestivos, el hecho de regurgitar está relacionado con problemas del esófago, pudiendo tratarse de una obstrucción por un cuerpo extraño, alguna infección, alguna enfermedad esofágica, etc.
Ir con las ideas claras al veterinario, facilita mucho las cosas, siempre por el bien de nuestros peludos.
Sandra Ferrer. Creadora del Programa de Educación Canino “Cómo Educar a un Cachorro”