Cada uno de nosotros tiene su propio "aroma", aunque en ese olor personal también influyen otros aspectos como los alimentos que comemos, las posibles enfermedades, el miedo, etc... Por ello los perros se olfatean entre sí y olfatean también a las personas, pues es su modo de "leer" las circunstancias que los rodean. Así obtienen gran información acerca de las personas y de los otros perros.
No todos los perros tienen el sentido del olfato igual de desarrollado, ya que, como en el resto de características, interviene el factor genético y la práctica habitual. Los juegos de busca (de comida, objetos o personas) o los de rastreo de pista, son una estupenda forma de pasar ratos de calidad y les ayuda a desarrollar el olfato.
Pista: coloca premios a cierta altura para animar al perro a levantar la cabeza y "ventear". De esta forma evitamos que se acostumbre a buscar únicamente a la altura del suelo imitando a una aspiradora.
Zoe tiene seis años y muchas experiencias acumuladas. Rescatada llena de heridas y cicatrices es toda una superviviente y se ha recuperado estupendamente. Llena de actividad, de ganas de hacer cosas y con un olfato estupendo para practicar trabajos de nariz.
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