Los perros son curiosos por naturaleza, y por ello intentará aproximarse, “tocar” e incluso “catar” todo aquello que se le ponga por delante, incluyendo, por supuesto, otros seres vivos.
Intentaremos evitar que tenga a su alcance acuarios, terrarios y jaulas con pequeños animales domésticos si no ha sido “acostumbrado” a su aceptación y presencia; nuestro curioso amigo intentará conocer que es ese “curioso objeto” que se mueve incesantemente, presa sin duda, del pánico ante lo que potencialmente se le avecina.
Si tienes gato o gatos ¡¡no te preocupes!! los felinos pondrán las cartas sobre la mesa desde el primer instante. Si el perro se pone pesado, unos bufidos y unos manotazos dejarán todo claro.
Con el tiempo serán grandes amigos, pero tengan por seguro que las pautas de esa relación las habrá marcado su majestad el gato.
En el caso de otros perros tampoco existen grandes problemas, siempre y cuando el nuevo individuo sea un cachorro y no un perro grande o un perro territorial como el bóxer.
Unos huirán del nuevo y pesado amigo, otros aguantarán sus juveniles juegos y otros cortarán la estresante situación con métodos similares a los empleados por los felinos.
Si vamos a incorporar un perro adulto deberíamos estudiar el caso en profundidad con el asesoramiento de nuestro veterinario; él nos dará las mejores opciones: macho, hembra o animal esterilizado. Y si no es posible, siempre puedes apadrinar una vaca.
Si te ha gustado este artículo sobre perros y otros animales y si en tu casa tienes varias mascotas que conviven felices, escríbenos para confirmarle a los que creen que no es posible conseguirlo.
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