Aunque hay ciertas ventajas en adoptar un gatito joven, un gato adulto cuyo carácter podamos valorar en el contexto en el que va a vivir puede ser una estupenda opción a tener en cuenta. Hay muchos animales buscando un segundo hogar y son buenos candidatos si reúnen los factores necesarios en función de la familia de destino ya que, por ejemplo, un cachorro necesitará más atención y estimulación además de tener mucha más energía que, por ejemplo un adulto. Además, estos últimos tienen el carácter formado y no suele haber sorpresas puesto que lo que vemos sobre el terreno es lo que hay.
Si puedes visitarlo, observa cómo se mueve en su territorio. Lo ideal es salga a conocerte al poco tiempo y que curiosee de forma tranquila sin esconderse ni rehuir. Es una buena prueba de que le gustas.
También vale la pena valorar la socialización y dentro de ella, la tolerancia a los desconocidos. Deja que se acerque. Lo ideal es que se aproxime a olernos a los pocos segundos de vernos, que se deje acariciar y que busque el contacto.
Si lo piensas estás invitando a un gato a formar parte de tu familia así que, tómate tiempo y deja que el gato también te elija a tí.
Baileys es un gato genial. Jovencito, divertido, sociable y muy cariñoso acaba de estrenar acogida mientras espera su adopción definitiva.
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