Rescatan a un erizo malherido gracias a una cadena solidaria

Una mujer lo recogió moribundo en la calle y pagó el veterinario, otra lo acogió en su casa y una tercera donó alimentos. Artículo de Alejandro Martínez, tomado de La Voz de Galicia

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El animal fue encontrado en una cuneta muy malherido pero ya está a salvo.
Foto: Xoán Carlos Gil

Un erizo que merodeaba por los alrededores del juzgado de Vigo se ha librado de una muerte segura. El animal ya estaba sentenciado después de quedar muy malherido en la carretera. Sin embargo, gracias a que un grupo de personas se movilizaron en Facebook y grupos de whatsapp ha conseguido salvarse y actualmente se recupera en el parque de la naturaleza de Cotorredondo.

El erizo logró escapar del ataque de algún perro o gato, pero no resultó ileso. Varias heridas profundas en su cuerpo le hubieran hecho morir de una infección en poco tiempo o víctima de algún otro depredador.

Su suerte cambió gracias a Arancha, una mujer amante de los animales que pasaba con su coche por el camino de Chouzo, en la parte trasera de los juzgados, y lo vio. No se lo pensó dos veces; paró el coche y lo recogió con mucho cuidado.

Seguidamente acudió a una clínica veterinaria de Navia donde le hicieron una primera cura. Le limpiaron las heridas y le administraron antibióticos. Como es una especie protegida que no se puede mantener en cautividad, decidió con una amiga avisar a la unidad medioambiental de la Policía Local para que pudieran hacerse cargo.

Pero la única solución que les ofrecieron los agentes era recogerlo para devolverlo a su hábitat natural.
Esta medida no les convenció en absoluto porque el animal se encontraba todavía herido y era muy vulnerable. Soltándolo en el campo solo hubieran conseguido que fuera víctima de algún depredador natural.

Auxilio 
Como Arancha no podía hacerse cargo del animal lanzó la petición de auxilio a través de Internet. Otra viguesa leyó el anuncio en la red social de otra amante de los animales, Patricia Rodrigues, una mujer que ha movilizado a todos sus contactos para la búsqueda de su perra Velaí, perdida el pasado mes de abril en el centro de la ciudad.
Clara Abal se hizo cargo del erizo durante unos días en su casa, donde continuó con la recuperación. «Fue una experiencia maravillosa, se ve que tenía ganitas de vivir», comentaba ayer. Incluso le puso un nombre: Cataleya.

Le proporcionaron alimento blando para perros que donó Patricia Rodrigues, que a su vez aportó los medicamentos con los que trataron al animal para curarle las heridas que tenía. Y Arancha, la mujer que encontró el erizo moribundo detrás de los juzgados, abonó el dinero de la consulta veterinaria.
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