El fenómeno conocido como 'período crítico' o imprinting hace acto de presencia durante la cuarta semana de vida del cachorro y concluye cuando se cumple la décima. Se trata de una etapa crucial para que el can alcance de adulto el equilibrio emocional y psíquico que es de esperar. El imprinting es la primera huella imborrable que quedará en el animal y que condicionará el resto de su vida, afectando a la socialización con otros perros, con los seres humanos y con su integración en la familia.
Es fundamental que el amo esté muy bien documentado al respecto para no llevarse una desagradable sorpresa por los problemas que puedecausar un imprinting deficiente. Por ejemplo, la inseguridad que se transforma en ataque súbito por miedo, las riñas con otros perros, el temor a los seres humanos o la incapacidad de realizar una tarea como morder la manga en el adiestramiento.
Por todo ello, es muy conveniente solicitar al veterinario toda la información de la que disponga, así como preguntar todas las dudas que puedan surgir. De esta forma, se podrá abordar esta etapa con plenas garantías de éxito, algo que, sin duda, se agradecerá en la futura convivencia con el animal.
Principales cuidados
Para que el cachorro se convierta en un adulto sano y con un carácter estable, necesita cuidados a todos los niveles, es decir, físicos, emocionales y psíquicos.
Algunas de las normas que tendremos que imponer son un buen plan de alimentación y las desparasitaciones internas y externas. Muy importante es el cepillado, además del cuidado del pelo, que se realizará diariamente aplicando sobre el manto un paño húmedo para evitar quitar la protección grasa. En este sentido, si se desea un pelo sano, brillante y fuerte, lo mejor es no bañarlo hasta los seis meses, y si se puede prolongar hasta el año, mejor. Además, se debe seguir el plan de vacunación que aconseje el veterinario.
La importancia del ámbito emocional
En el ámbito emocional, el cachorro necesita integrarse en la 'manada' donde vive, gradualmente y sin traumas. Los juegos resultan indispensables para potenciar sus habilidades innatas (por ejemplo, tirarle una pelota o jugar al escondite). Estas actividades le obligará a olfatear dónde se encuentra su amo, cosa que cuando se ponga sobre una pista de rastreo, el ejemplar desarrollará con precisión y alegría.A nivel psicológico, es fundamental que tenga lugar un imprinting adecuado. Hay que estar informado de cómo educarlo y enseñarle las normas básicas de convivencia. Nunca se debe asustar ni castigar a la pequeña mascota, que aceptará de buen grado un sonoro 'No' cuando haga algo inadecuado.
De igual forma, sabrá valorar positivamente un trato justo, pero no aceptará la tiranía ni las reprimendas que no sea capaz de entender. Por ejemplo, es frecuente dar al cachorro zapatos viejos para que juegue, pero cuando toman uno nuevo para seguir disfrutando con él, es reprimido duramente. Un perro pequeño nunca logrará entender por qué si con un zapato es felicitado, a qué se debe el disgusto del amo si él toma otro. Es importante, por tanto, que el cachorro tenga sus juguetes propios.