@gus_and_rosie
Eso es lo que quisieron saber un grupo de psicólogos encabezados por Gordon Gallup Jr. en los años 70, con el objetivo de evaluar los procesos cognitivos de los mamíferos. Para empezar su estudio, el primer mamífero con el que hizo pruebas fue el ser humano. Para ello, colocó un bebé de 18 meses frente al espejo con una mancha roja en su frente. Así, comprobó como los seres humanos teníamos conciencia de nuestro reflejo, sin embargo, a medida que fue probando con otros mamíferos se fue dando cuenta de que los mamíferos que más conciencia tenían de su reflejo eran los que utilizaban principalmente el sentido de la vista.
¿Qué pasa con los perros? Los perros utilizan sobretodo el sentido del olfato, después el oído y en tercer lugar la vista. Como decía, la primera reacción de un cachorro o perro ante un espejo es de sorpresa y nos causa mucha gracia, sin embargo, al poner en marcha el sentido del olfato y oler ese reflejo llega la decepción por parte del perro: ese perro que hay en el espejo no huele a perro. Y como el olor no le atrae, lo acaba ignorando siempre.
Las conclusiones del estudio fueron claras: los perros pueden reconocer alimentos, objetos e incluso a personas a través del espejo, pero no así a ellos mismos y la culpa la tiene esa carencia de olor. Los perros integran en su cerebro cualquier figura de objetos o personas junto a un olor concreto. Si son incapaces de asociar su imagen con un olor, difícilmente sabrán quién es ese perro que no huele a nada que le mira siempre que se acerca al espejo.
BONUS: Reacciones de perros ante el espejo.
Sandra Ferrer. Creadora del Programa de Educación Canino “Cómo Educar a un Cachorro” ** REPORTE GRATUITO: Las 7 Claves Para Educar a un Cachorro con Éxito. Haz Click Aquí y Descarga AHORA