Y lo debemos buscar en su maravilloso olfato. La razón por la que los perros nos huelen la entrepierna es la misma que cuando huelen el trasero de sus iguales: para recabar información.
Nuestro cuerpo fabrica sudor a través de nuestra piel. La piel contiene dos tipos de glándulas que producen sudor: las ecrinas, que son las que se localizan por todo el cuerpo, y las apocrinas, que se localizan en zonas más concretas como las axilas, alrededor de la areola y en los genitales. Son las glándulas apocrinas las que producen el sudor más denso y fuerte, de ahí que nos veamos obligados a usar el desodorante, sin embargo, es debido a estas glándulas que el perro es capaz de descifrar mucha información. ¿Te suenan las feromonas? Pues es en estas zonas donde más producimos, y por ende, es a estas zonas donde el perro va a oler la información.
Gracias a las feromonas, cualquier perro es capaz de descifrar lo que hemos comido ese día, nuestro estado de ánimo, si somos un hombre o una mujer, si estamos enfermos, etc. ¿Qué ocurre? Que hay momentos en que las feromonas están en su punto álgido y su olor es más potente: cuando estás embarazada, amamantas o estás menstruando en el caso de la mujer. Curioso, ¿verdad?
¿Por qué van a nuestros genitales? Porque sencillamente les pilla a la altura, las axilas quedan demasiado lejos, de ahí que los perros acudan a nuestra entrepierna como si de un imán se tratase para conocernos algo mejor, y es que en este caso, nuestros genitales son la mejor carta de presentación para nuestros peludos.
Sandra Ferrer. Creadora del Programa de Educación Canino “Cómo Educar a un Cachorro”
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