Debemos enriquecer la vida de nuestro perro, ofreciéndole actividades que lo mantengan ocupado física pero sobre todo, mentalmente. A nadie se le ocurre dejar solo a un niño en casa a su aire, sin nada que hacer durante ocho horas o más y, en cambio, nos parece lo más normal del mundo, que nuestro perro permanezca ese tiempo sin nada que hacer más que esperar nuestro regreso a casa.
Una forma de enriquecer la vida de nuestro perro es hacer que se gane la comida. En vez de ponerle su ración en el cuenco y dejar que acabe con ella en milésimas de segundo, puede ser mucho mejor, esparcir las bolitas de pienso por el pasillo, escondiendo algunas en juguetes tipo Kong para que tenga que trabajar y pase un rato entretenido.
El paseo también es importante. Es preciso sacar a pasear a nuestro perro por dos motivos fundamentales: Porque debe hacer sus necesidades con regularidad y porque todos los perros sienten la necesidad de caminar en lugares no cerrados.
Los perros de jardín, los de finca y los que viven en recintos cerrados tienen la misma necesidad de salir y olisquear el mundo que los que viven en un piso. Los perros necesitan explorar otros lugares, relacionarse con otros perros, tener diferentes estímulos sonoros y olfativos que lo mantengan en forma.
Al realizar el paseo con la frecuencia y de la forma correcta generaremos un mayor equilibrio entre nosotros y el perro, además de reforzar el vínculo.
Durante los paseos debemos llamar al perro varias veces y mantener el contacto visual con él. Me encuentro con perros que nunca miran a sus propietarios (así difícilmente van a atender a las llamadas) y a propietarios que únicamente llaman al perro para atarlo y volver a casa, dando por finalizada la diversión. El paseo tiene que ser divertido para ambos. La referencia del perro en el paseo debemos ser nosotros. No lo debemos olvidar.
Un jardín muy grande no sustituye al paseo, pero si puede generar conductas inapropiadas para la convivencia con el ser humano. No olvidemos que nuestro perro, igual que nosotros, necesita salir a conocer el resto del mundo.
Chelu y Helen son especialistas en entretenerse de forma constructiva y saludable. Son los últimos rescatados junto con Alonso y Gara (ya adoptados) y también esperan disfrutar pronto de una familia y un hogar.
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