Muchas personas piensan del Gran Danés, o Dogo Alemán, que por ser tan grande tiene que ser fiero a la fuerza. ¡Craso error! De hecho estamos ante un perro dócil y tierno. Su comportamiento, de hecho, tiene muchas similitudes a otras razas de gran tamaño, como por ejemplo el mastín napolitano, con quien comparte ascendencia, y al igual que éste es como un inmenso oso de peluche preparado para ser abrazado.
El origen se encuentra en Alemania, y nadie sabe del todo por qué se le llama “gran danés”. Gracias a los antiguos gravados se sabe que perros de rasgos similares ya existían hace cuatro mil años, puede que incluso cinco mil. Con el tiempo se cruzó ese perro con razas cazadoras para convertirlo en un buen rastreador; más tarde se mezcló también con el mastín napolitano y con el llamado “greyhound”, un perro de carreras.
Nos encontramos con una raza muy antigua, de gran tamaño, y con sangre de velocista y cazador, pero estos rasgos han ido quedando en un segundo plano para su instinto. De hecho es un animal familiar que necesita estar dentro de casa, con el resto de la “manada”, y lo cierto es que se muestra muy agresivo hacia quienes hacen daño a sus amos, es muy protector con su familia.
El gran danés tiende a vaguear, así que tenemos que obligarlo a hacer ejercicio para que no sufra de obesidad; un paseo diario tendría que ser suficiente para activarlo. Aparte de su comportamiento renuente al ejercicio, bueno, hay poco más que decir de su temperamento: es tan dulce y protector que es como un gran oso de peluche al que abrazar y querer.
Un poco de ejercicio y una comida equilibrada, además de una buena socialización y, por supuesto, el adiestramiento, será la combinación perfecta para tener un gran danés perfecto para toda la familia.
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Marcos mendoza
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Imagen: marimbajlamesa / Flickr.