Tomado de El Nuevo Herald.com
Cleo, la madre, se refleja en el vidrio de su jaula en el zoo de Buenos Aires.
Foto: Natacha Pisarenko / APBUENOS AIRES.- Dos hembras y un macho nacidos hace tres meses en las instalaciones del zoo, no pararon de saltar y jugar en un predio acondicionado al aire libre ante una docena de periodistas convocados al acontecimiento. La madre, una tigresa de 140 kilógramos y ojos celestes de acero llamada Cleo, estaba encerrada en una cámara contigua.
Poco después, Cleo y las crías se mostraron ante el público. Ella no estuvo nada amigable y cada tanto saltaba sobre las paredes de vidrio blindado que rodeaban el predio para espantar a los camarógrafos y otros curiosos.
Los pequeños felinos no tienen nombre todavía. Los niños que visiten el zoológico pueden proponerlo en los próximos 40 días en una urna que se instalará a la entrada de las instalaciones.
Dos de las crías de tigre de Bengala blanco juegan al cuidado de su madre.
Foto: Natacha Pisarenko / APLas dos hembras y el macho pesaron al nacer alrededor de 1 kilo y ahora ya alcanzan los 10. Cleo, su madre, y Rhiano, su padre, son la pareja de tigres de Bengala del zoológico capitalino. Los bebés nacieron después de 105 días de gestación en un proceso de parto que fue filmado desde diferentes ángulos.
"Fue un nacimiento tranquilo que duró más de 4 horas. Salieron uno a uno con intervalos largos en los que la madre descansaba", explicó a The Associated Press Guillermo Wiemeyer, el veterinario del zoo.
De sus padres, las crías heredaron los intensos ojos azules y un elegante manto de pelo entre blanco y beige. El pequeño macho, al contrario que sus hermanas, lo luce sin apenas rayas.
"Afortunadamente la madre los dio de amamantar casi al momento, era muy importante que lo hiciera", señaló Wiemeyer. El veterinario indicó que fue un "gran acontecimiento" para el zoológico recibir a los tres nuevos integrantes.
Los tres cachorros en su jaula del zoo de Buenos Aires.
Foto: Natacha Pisarenko / APEstos animales son muy raros de encontrar en el mundo silvestre y como otras especies de tigres, la de Bengala está en peligro de extinción. "Son vulnerables a la caza y a otros predadores porque no pueden camuflarse bien y por eso tienen dificultades para sobrevivir en libertad", dijo Wiemeyer.
Las tres crías se amamantan y además comen diariamente un kilo de carne cada una. Sus progenitores suelen comer entre 25 y 30 kilos a la semana.
Los pequeños conviven con su madre -que los amamantará hasta los 5 meses- ya que el padre después del parto fue excluido del grupo familiar. Eso hace que ambos tengan que turnarse durante el día para salir al aire libre.
Las tres crías, en su inocencia, "disfrutando" de su jaula en el zoo de Buenos Aires.
Foto: Natacha Pisarenko / APRhiano nació en el zoológico de Buenos Aires hace nueve años, mientras que Cleo llegó en 2010 proveniente de un zoo de Canadá. Ambos tuvieron una primera camada hace un año de cuatro crías que han sido trasladadas a un zoológico de la provincia de Buenos Aires y a algunos países.
Wiemeyer indicó que cuando las crías tengan entre 4 y 6 meses, el zoológico se encargará de ubicarlos en otras instituciones.
El tigre de Bengala es un animal solitario que habita en las selvas de Bangladesh, China, India y Nepal y está considerado el "Rey de la selva" de Asia. En libertad suelen vivir 10 años y en cautiverio unos 29.
La mayor parte de estos animales fueron cazados por su hermoso pelaje.