Esta es una foto del teléfono, pero de las que más me gustan y mejor la definen:
Hace unos años estaba buscando un perrillo para mi madre. Por supuesto, en adopción. Buscaba un bicho que se adaptara a ella: hembra, ya adulta (¡hay muchas ventajas en adoptar un perro adulto!) y que fuera pequeña para poder viajar (en tren) y manejala con facilidad en un piso.
Un buen día, apareció en una protectora una chiquitina de 2kg. Peluda, blanca y de un par de años. Nadie sabe qué le ha pasado exactamente en ese tiempo, sólo que finalmente alguien la “dejó caer” desde la ventanilla de un coche. Hay gente así en el mundo.
Iba a poner su foto de “antes” pero al verla me ha dado un vuelco el corazón y tanta pena, que me he visto incapaz. Si queréis ver su transformación aquí está el enlace al álbum de la protectora.
Estaba devastada, rígida por el miedo, orejas y nariz sin pelo, parásitos internos, otitis galopante, uñas enquistadas. Lo que se dice hecha un Cristo. Además necesitaba una operación muy cara en una de sus patas y una casa de acogida en la que recuperarse. Muchísima gente se volcó – también hay gente así en el mundo– y yo me ofrecí de casa de acogida.
El primer día que la vi mis niveles de oxitocina subieron hasta límites insospechados. Inmediatamente me sentí ligada a ella y la quise. Pero oye, era para mi madre y yo ya tenía a César. Qué locura, dos perros y tan diferentes.
Comenzó a comer bien y le empezó a salir pelo ¡mucho pelo precioso y suave! Fueron tres operaciones, rehabilitaciones y curas a lo largo de varios meses y la pequeña se comportó como el ser más grande del mundo. Empezó a caminar con confianza y a mirar a la cara.
Un buen día empezó a jugar y le volvió a brillar la mirada. Por el camino dejó la pata, pero recuperó todo lo demás: es feliz.
Y por favor, no os compadezcáis de ella. Le encanta caminar, corre más que yo, salta al sofá, se lleva caricias a raudales, es confiada, tiene a César controlado, juega, es vivaz, coqueta y divertida, hace bobadas y es feliz. Ellos no tienen esos complejos, no se los pongamos.
Si de alguien hay que sentir compasión es de los que no son felices, con todas sus patas pero abandonados o maltratados. Of course, Noa se quedó en casa y mi madre tiene a Alma, que es otro solete. Pero eso, ya es otra historia.
A Noa ya la visteis un poco aquí y aquí y en mi IG #speedyNoa ¡es tan rica! No me tengáis en cuenta los cortes de pelo, cuando hace musha caló, soy de trasquilón rápido.
Puedes ver más fotos del abecedario fotográfico aquí:
A de Antiguo / B de Bote / C de Catalina Calico Cat / D de Descanso
E de Escaleras / F de Flor / G de Gotas / H de Hilos / I de Invierno
J de Jara / K de Kilohercio / L de Lengua /M de Musgo
Aunque este reto lo comenzó MissLavanda, Sonia ha habilitado su página en flickr para que colguemos nuestras fotos aquí Y ahora también hay grupo de Facebook aquí ¡puedes verlas todas y participar!
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