Los perros agresivos son uno de los peores miedos de los propietarios de perros. Muchos creen que siempre existe esa aterradora posibilidad de que su amigo fiel gruña, e incluso muerda, que haga daño a sus seres queridos, a sus padres, hermanos, a sus hijos. Hay innumerables perros que son abandonados, o peor, SACRIFICADOS porque han atacado a un miembro de la familia. Nadie se pregunta cómo. Nadie se pregunta por qué. Simplemente cuando un perro “te marca” (es decir, amaga un mordisco) ya es un perro agresivo, irreversible, debe ser quitado de en medio cuanto antes. Son personas que no comprenden nada sobre adiestramiento canino, ni tampoco quieren.
Pues bien, debo deciros que los perros nunca, jamás, atacarán a nadie porque sí. Siempre habrá un motivo, sin excepción. Tal vez el motivo radique en una enfermedad que lo vuelve agresivo. Quizá se encuentra mal y no puede soportar que los niños le tiren de la cola. Puede ser que lo hayas mimado demasiado, que ahora quieras que se convierta de hoy para mañana en un perro modelo, y él no quiera dejar su trono. Hay infinidad de motivos para que un perro sea agresivo: enfermedad, dominancia, miedo, mala sociabilización,...El problema está en que muchas veces los propietarios no se molestan en descubrir qué le pasa a su mascota, se deshacen de ella y ya.
¡Pues no, señoras y señores! Lo primero que hay que hacer, indiscutiblemente, es averiguar POR QUÉ nuestro perro nos ha gruñido, nos ha intentado morder, nos ha amenazado. Seguidamente voy a detallar los motivos por los que nuestro perro puede volverse agresivo, y cómo controlarlo y mejorar ese comportamiento:
– Enfermedad. Como ya he dicho, es posible que tu perro esté enfermo. Es posible que a tu perro le duela o le incomode algo y eso lo tiene de pésimo humor. Debes llevarlo al veterinario y cerciorarte de que no sea algo fisiológico.
– Dominación. Cuando el perro es dominante piensa que es el líder de la manada lo cual puede ponerlo agresivo con desconocidos que lleguen a invadir su territorio, inclusive puede pasar con otros miembros de la familia si llegase a pensar que están “cruzando la línea”. Bloquear las zonas de paso (puertas o pasillos) y gruñir si intentas saltarlo, enseñar los dientes cuando te acercas a su comida,...estos son ejemplos claros de agresividad por dominación. Para arreglar este problema no te queda más remedio que empezar con un sistema de adiestramiento canino que te ponga a ti en la posición de líder. Adiestrar a tu perro le enseñará a seguirte para obtener recompensas, pero para eso debes actuar con serenidad, sin miedo, y además implantar cosas tales como rutina y ejercicio en la vida diaria del animal.
– Miedo. Si tu perro tiene miedo erizará el lomo, esconderá el rabo, enseñará los dientes y tratará de huir. Cuando no pueda seguir huyendo de la fuente de su miedo entonces lo atacará, es inevitable. Tratar con este tipo de agresividad es un tema muy delicado, así que hay que ir con mucho cuidado. Debes acercar a tu perro a esa cosa que lo asusta (un ruido, una persona, un objeto,...), pero no de golpe, si no poco a poco. Primero lo acercas a diez metros durante 30 segundos, y lo recompensas si se queda tranquilo. Si se asusta, ¡retrocede de inmediato! No te sirve de nada inundarlo de miedo, tienes que conseguir que se vaya acercando muy poco a poco, premiarlo por su tranquilidad, y así se dará cuenta de que no asustarse es lo que está bien. Si no tiene miedo, no es agresivo.
Estos son algunas razones principales por las cuales tu perro pudo volverse agresivo, debes identificar el origen y trabajar en ello. Así conseguirás controlar ese comportamiento hasta extinguirlo mediante un buen adiestramiento canino, ¡y tendrás una mascota ideal!
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Marcos Mendoza