A pesar de su tamaño y su fuerza, que no es poca, este mastín es un animal muy tímido. Es de naturaleza tranquila, pero en general le cuesta relacionarse con desconocidos, ya que le resulta difícil confiar en ellos.
Sumado a su naturaleza protectora y a su increíble fidelidad hacia sus humanos, el Mastín del Pirineo se convierte en un fantástico perro guardián y perro de vigilancia. Estas eran, de hecho, algunas de las tareas que llevaba a cabo en su origen: cuidar y vigilar la casa, la familia y al ganado.
Por supuesto, esto también puede suponer un problema… Y es una combinación de factores que vale más vigilar y controlar:
Es un perro protector. Está alerta a cualquier peligro.
Es un perro tímido. No le gustan los desconocidos.
Es un perro con mucha fuerza. Puede hacer daño sin querer.
Es un perro muy trabajador. Tiene mucha energía.
Estos cuatro rasgos suponen una combinación explosiva que pueden llevar a un Mastín del Pirineo a ser un perro peligroso. No porque vaya a ser agresivo en sí mismo, sino porque puede ser en exceso receloso de los desconocidos, puede ser dominante, puede ser ansioso… Y ninguna de esas cosas es algo bueno en un perro casero.
Algunos tips iniciales para evitar problemas:
Socialización temprana, a ser posible.
Si no han podido ser socializado durante su infancia, un acercamiento gradual a todo lo que sea nuevo es la mejor opción.
Abundante ejercicio y juegos para un perro muy enérgico.
Estímulos mentales tanto como físicos, por ejemplo en juegos de inteligencia, circuitos, o lo mejor de todo, el adiestramiento.
Eso es todo en cuanto al Mastín del Pirineo. ¿Qué opinas de este hermoso perro?
Marcos Mendoza