El culto a Bast o Bastet surge cerca del año 3000 a.C. como una deidad local cerca del delta del río Nilo. Bastet era una doble divinidad, era solar porque vivía de día y lunar porque cazaba de noche. Ella era a la vez esposa e hija del dios Ra, cuidaba su sueño de noche y protegía a los egipcios.
Su culto se trasladó a todo Egipto y Bubastis (lugar donde mora Bastet) pasó a ser una gran capital donde la diosa gata contaba con templos, sacerdotes que año con año elegían un gato con características especiales que venerar como una representación de Bastet.
Bastet era diosa de la protección, no solo de Ra, a ella los egipcios encargaban el cuidado de los niños colgándoles una medalla al cuello; con su imagen pensaban que los protegería de las pestes y enfermedades. Bastet era también diosa de la belleza y el placer.
Se construyeron estatuas en su honor y joyería. Debido a que las gatas eran consideradas de gran belleza, el rasgado de los ojos que usaban las egipcias era en imitación de los ojos almendrados de los gatos. El culto a Bastet se prolongó hasta el año 400 d.C. en que la Iglesia lo prohibió.