Tomado de Mirada Animal
Como nunca había vivido en un establo, el burro viejo estaba en un mal estado de salud cuando finalmente fue rescatado de su antiguo tutor y enviado a vivir en Donkey Farm Foundation, un santuario en los Países Bajos.
Allí pronto estableció lazos afectivos con otros animales como él, tal vez por primera vez en su vida.
"Bram vivió con nosotros durante un año y medio tiempo que cuidamos de él. Le dimos toda la medicación que necesitaba y mucho amor", dijo la fundadora del santuario Jacqueline van den Berg.
"Pero llegó el día en que no podía acostarse debido a sus pulmones." Ese fue el día en que murió.
Después de eso, una escena conmovedora ocurrió, todos los amigos de Bram se reunieron en torno a él para decirle su último adiós.
"Bram era parte de su rebaño y ellos lo respetaban", dijo van den Berg. "El líder de la manada, el burro blanco y negro, lo muerde, no porque estuviera enfadado, sino porque quiere Bram se levante. Los burros están sufriendo profundamente".
Esta demostración de sensibilidad puede sorprender a aquellos que consideran a los burros como criaturas simples o inferiores, más como todos los animales, ellos también poseen una profundidad emocional que desafía todos los estereotipos.
Bram poco antes de fallecer.
"Cada vez que que muere un burro veo la misma reacción de la manada. Es un verdadero luto por un amigo cercano. Se les puede oír llorar. No es el mismo sonido de los rebuznos", dijo van den Berg.
"Los burros hacen amigos para toda la vida, e incluso pueden llegar a morir a causa del dolor de la pena."
Aunque Bram murió, él será uno de sus amigos para siempre en espíritu, sus cenizas fueron esparcidas por debajo de un imponente árbol de roble en la tierra del santuario donde aprendió, por último, lo que significa realmente estar en casa.
Fuente: este post proviene de Stop al maltrato animal, donde puedes consultar el contenido original.
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