Casos con Exito – Coco y Sandra – Del infierno del shunt portosistémico a una vida mejor

Creo que Coco ha sido uno de los casos más complejos que he tenido, son de esos pacientes que te hacen mejorar, que te hacen salir de tu zona de confort y darle la vuelta a tu vida y tus conocimientos, con tal de que el shunt portosistémico que tiene no le condicionara la vida.

Casos que te marcan para siempre.

Nos presentamos



Me presento, soy Sandra, mamá de Coco y os voy a explicar su larga historia. Empecemos por el principio. En 2018, concretamente el 23 de agosto mi pareja y yo nos compramos una casa con jardín y teníamos claro que queríamos adoptar un perro. Un mes después, cotilleando Facebook encontré un anuncio de una protectora “Se busca familia para estos 4 podencos. La perra se les ha quedado embarazada y los van a abandonar” Me enamoré de ellos y al día siguiente a las 8 de la mañana estaba llamando a la chica. Me comentó que justo salían de Ciudad Real hacia Barcelona ese mismo día y que me traía a dos, que me quedase con uno e hiciese de casa de acogida del otro hasta que le encontrasen casa. Aunque ya la tenía: la nuestra. Así fue, el día 21 de septiembre llegaron a casa Coco y Kiwi, dos hermanos podencos de un mes que nos revolucionaron todo.

Y empiezan los problemas de salud…

Cuando llegaron Coco ya estaba enfermo y no sabíamos la larga lucha que nos esperaba por delante. Coco llegó constipado, con mocos y ese mismo sábado
hicimos la primera visita al veterinario, sin saber aún que se convertiría en nuestra segunda casa. Medicación y vigilancia sin más. Coco no mejoraba y mientras veíamos como su hermano era un torbellino, Coco se pasaba el día durmiendo sin ganas de jugar. No nos rendíamos, y seguimos diciendo que no veíamos normal que un perro de un mes no quisiera jugar nunca. Todos nos decían lo mismo, que eran mocos y que antibiótico. Así estuvimos más de un año, con muchísimas pruebas para ver si había algo en la nariz o de donde venía dicho moco porque a pesar del antibiótico, Coco no mejoraba, seguía sin ánimos y sin ganas de jugar.

Todo cambió el día que nos recomendaron a unas chicas veterinarias que trabajaban en Sant Cugat y que a través de un cultivo le encontraron una bacteria. Comenzamos con el antibiótico con toda la esperanza de solucionarlo. Todo cambió el día 10 de agosto. Recuerdo ese día como si fuese hoy mismo. Salí del trabajo sobre las 22h y mi pareja al llamarme me dijo que Coco estaba raro, más chafado de lo normal. Al llegar, Coco no podía ni levantarse de su cama, se caía hacia los lados y no podía ni abrir los ojitos. Las llamé y su respuesta fue clara: directos al hospital. Hospital que nos cambió la vida. Neumonía de la cual no sabían si iba a salir. Uno de los días los doctores nos comentaron de hacerle un tac en la nariz para ver cómo estaba por dentro después de tantos meses con mocos y ahí a lo lejos encontramos todo, el problema de Coco y el motivo de estar como estaba: shunt portosistemático en el hígado. Sí, iban a mirarle la nariz y a lo lejos vieron que algo no estaba bien. Los análisis lo confirmamos, había que operar.

La operación salió bien, pero todo cambiaba. Nueva dieta, nueva medicación y nueva preocupación. Los mocos pasaron a segundo plano y solo nos preocupaba ese hígado.

El cambio a dieta natural no fue fácil

Antes de la operación decidimos empezar con dieta barf y Coco era un desastre
si se la compraba comercial, no quería, solo que se la hiciese yo, y así me puse, aprendí de cero a hacerles dieta barf. Coco nunca quería comer, lo asociábamos a que estaba chafado por los mocos sin saber que cada vez que le dábamos de comer estábamos empeorando su hígado. En el hospital nos recomendaron pienso hepático y al decirles que no queríamos pienso nos dieron una alternativa: pasta con queso fresco siempre.

Durante las revisiones siempre nos recalcaban que debíamos tomar pienso hepático, pero yo sabía que quizás el hígado mejoraba pero que a saber que iba a empeorar más. Nos pusimos en manos de profesionales y contacte con una famosa nutricionista que nos mandó su dieta, unos suplementos de más de 200€ al mes y con visita mensuales de más de 60€ al mes. Y ahí estábamos nosotros, siguiendo a rajatabla sus indicaciones, pero a Coco no le convencía. Al principio, muy contento con su nueva dieta a base de patata, carne, verdura y huevo crudo.

Nos tocó revisión y ¡madre mía! Un desastre, el hígado peor que nunca así que decidimos eliminar por completo todo tipo de carne así que se quedaba con patata, verdura, huevo crudo y los suplementos de 200€, claro. Coco no terminaba de disfrutar de la comida y la mayoría de veces se la dejaba o me tenía que ir a trabajar sin haber probado su comida. Llegaba meses con agobio y preocupación porque era un dilema cada vez que tocaba comer. Les escribía, desesperada, porque Coco no comía y su respuesta era que no atendían urgencias por mail, que fuese a visita con su correspondiente pago de 60€. Teniendo ya hora cogida, les escribí que no comía nada, que necesitaba una alternativa urgente porque se estaba adelgazando y después de una semana me contestaron que estaban ocupadas.

La pandemia tuvo un lado positivo



Durante la pandemia, desesperada porque no llegaba el día de la visita con ellas apareció mi salvación en Instagram, una historia de Verónica: dietas personalizadas. Le escribí sin pensarlo y fue la mejor decisión que tomé. Anulé la visita con las otras chicas y nos pusimos manos a la obra, le expliqué toda la historia de Coco, le dije que estaba sin comer y que estaba con antibiótico por los mocos. Me dio una alternativa mientras me organizaba la dieta, y me quitó los

 suplementos de 200€.

En un principio decidimos probar con algo de carne, pero su hígado dijo que tampoco había que abusar. Coco empezó a comer, Vero le cambió el huevo crudo por hervido y todos los suplementos. Hacia tantos meses que no escuchaba a Coco llorar porque tardo en ponerle su bol de comida. Empezamos con ella en mayo de 2020, en plena pandemia. Los primeros análisis salieron mal, culpa de la carne. La respuesta de Verónica fue que le modificaba la dieta pero que no se me ocurriese volverle a pagar porque no estaba obteniendo resultados. Pasé del día a la noche. Y así fue, le modificó la dieta y Coco comía como un loco. Los siguientes análisis salieron mucho mejor, no para tirar cohetes, pero salieron mucho mejor. Decidimos modificarle la dieta un poco porque lo veíamos con hambre y este mismo mes, en junio, nos tocó repetir los análisis. Estábamos pelín asustados porque habíamos aumentado la cantidad de huevo y nos daba cosa empeorar. Recibo la llamada de su doctora y la sorpresa es cuando nos dicen que han salido mejor los análisis y que ya no nos vemos hasta dentro de medio año.

El futuro de Coco



Tendríais que ver a Coco ahora, no para de jugar, de molestar a su hermano, de darnos cariño, y sobre todo de comer como un loco, tendríais que ver la pasión con la que se come el huevo crudo. Hace meses que ya no nos preocupamos cuando llega la hora de la comida porque sabemos que ahí va a estar, esperando ansioso a que le baje su plato y esto es gracias a Verónica. No podemos estar más agradecidos de encontrar aquella publicación en Instagram, de haberla conocido y de que sea la nutricionista de Coco. Nos ha cambiado la vida, su única preocupación era que Coco mejorase y no el dinero ni que le pagásemos nada más, solo que Coco estuviese estable y sobretodo contento. Y lo ha conseguido y

The post appeared first on Naturzoo.

Fuente: este post proviene de Naturzoo, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?
Esta información nunca debe sustituir a la opinión de un médico. Ante cualquier duda, consulta con profesionales.

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

Aunque soy partidaria de usar huesos carnosos y recreativos para limpiar los dientes de nuestros perros y gatos, he visto que mucha gente me pregunta alternativas, cuando no es posible usar estos prod ...

Recomendamos