Es cierto que por su temperamento hay razas más propensas que otras a mostrar agresividad, los comportamientos agresivos en perros, (gruñidos o mordiscos), pueden manifestarse en todas las razas. Hay que prestar mucha atención desde cachorro, pues es muy difícil corregir un comportamiento agresivo. Requiere mucho esfuerzo y paciencia.
Lo primero que debemos hacer es determinar si el comportamiento agresivo es causado por miedo o si es propio de su temperamento natural dominante. Y es que el tratamiento será diferente según sea la causa. Intentar resolver el problema sin ayuda de un veterinario es posiblemente difícil. Por ello, nuestro consejo es que acudas a él.
La agresión por dominancia o jerarquía es la más corriente en los perros. El perro que manifiesta este tipo de dominancia tiende a lanzar miradas desafiantes a otros animales, con las orejas tiesas y llevadas hacia delante. Su cabeza permanece alta y está rígido, (tenso). Estas son señales corporales inequívocas. La agresión jerárquica puede producirse en individuos de cualquier raza, sexo y a cualquier edad. Aunque son principalmente los machos no castrados los más conflictivos. También los de raza pura son más propensos que los cruzados.
La corrección de la agresión jerárquica es difícil. Un veterinario puede ayudarte a emprender un programa de corrección o recomendarte a un especialista en comportamiento canino. Para conseguir corregir el problema de agresividad, puedes seguir estos pasos:
Intenta evitar las situaciones que activen su agresividad.
Aplica técnicas de desensibilización. Un ejemplo sería poner gradualmente al perro en diversas situaciones conflictivas e ir calmándolo.
Acostumbra al perro a algunas señales de dominancia. Esas señales se las tiene que lanzar su dueño. Por ejemplo, retirarle su tazón de alimento o mirarlo fijamente.
Obliga al perro a que obedezca órdenes antes de recompensarlo (jugando con él o acariciándolo, por ejemplo).
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