Los gatos bien alimentados estarán sanos y no presentarán fallas renales, el problema más común asociado a una mala alimentación en felinos. Además, son animales propensos a la formación de cristales en la orina, otro inconveniente que puede ser evitado mediante una alimentación adecuada.
1. Piensos y latas de comida felina
A la hora de alimentar al gato, es necesario un pienso y un alimento húmedo específico para cubrir las necesidades nutricionales de cada tipo de gato. Deben ser alimentos con alto contenido de proteínas. Los felinos son animales estrictamente carnívoros, así que la mayor parte de su alimentación debe componerse de carne y un aminoácido llamado taurina que activa el correcto funcionamiento de su metabolismo.
Invertir en un pienso o alimento húmedo de gama alta o media/alta ayudará a evitar problemas de salud en el futuro. Si alimentas al gato con pienso de baja calidad, visitarás mucho al veterinario porque los gatos son animales sensibles en todo lo referido al sistema digestivo.
2. Las sobras son perjudiciales
Los restos de alimento de la comida de los humanos ponen en riesgo la salud del gato. Si el gato tiende a comer habitualmente pescado crudo o con espinas, puede desarrollar obstrucciones intestinales. Lo más habitual es que estos problemas alimenticios se traduzcan en diarrea o en vómitos, e incluso un consumo excesivo de restos puede generarles rigidez muscular.
El picoteo de alimentos para humanos de forma regular también puede desencadenar obesidad en los gatos. Por eso, la clave para una buena alimentación de los gatos es seguir la dieta de pienso y alimento húmedo que nos indica el veterinario. De esta forma se consigue un mejor balance de acuerdo a los nutrientes que necesita nuestro felino.
Existen otros consejos, y los vamos a seguir explorando en posteriores notas donde te contaremos como cuidar y mejorar la alimentación de tu gato para ahorrar visitas al veterinario y lograr una vida sana, feliz y con alimentación balanceada de forma correcta.