En este caso, los propietarios suelen castigarle cuando regresan a casa y se encuentran con los restos de sus preciados objetos rotos por el suelo. Sin embargo, esta actitud no es adecuada ni eficaz para corregir este comportamiento, sino que puede contribuir a empeorarlo.
El origen de la destructividad
Para revertir esta conducta es necesario, como en todos los casos, conocer por qué un perro rompe los objetos de su entorno. Entre las causas más frecuentes figuran la necesidad de experimentar el gusto y la textura de los objetos que están en el ambiente (sobre todo en el caso de los cachorros), el aburrimiento, el aprendizaje y, finalmente, como un modo de aliviar tensiones, independientemente de la edad del perro.Si hablamos de cachorros, hay que tener en cuenta que suelen ser sumamente curiosos y que poco a poco necesitan investigar para descubrir todo un mundo nuevo. Por ello, al igual que los bebés, suelen llevarse a la boca diferentes cosas que están a su alcance. La diferencia radica en que los dientes del cachorro y sus poderosos músculos masticatorios tienen un poder de destrucción mucho mayor y pueden romper cualquier objeto.
Las tres soluciones más efectivas
En los primeros meses de convivencia es importante preocuparse por proporcionar a nuestras mascota diferentes objetos que sean adecuados para llevárselos a la boca, tales como peluches o mordedores. Es mejor no darle cuatro o cinco juguetes a la vez, ya que se aburrirá y buscará algún objeto novedoso en lugar de los que tenía destinados para él. Otro consejo evidente es poner fuera del alcance del cachorro aquellos objetos preciados hasta que el perro sea más grande.Si la destructividad por aburrimiento aparece cuando el animal, ya sea cachorro o adulto, permanece solo en la casa durante varias horas al día, resultará conveniente sacarlo a hacer una larga caminata media hora antes de irnos de casa y media hora después de regresar. De esta manera se le brinda al animal la posibilidad de distraerse y cansarse. Como consecuencia de ello no sólo se aburrirá menos, sino que también eliminará tensiones durante el ejercicio y tendrá menor necesidad de morder y romper objetos.
Finalmente, otra forma de prevenir el comportamiento destructivo es no darle zapatillas viejas, ya que probablemente el animal no diferencie lo viejo de lo nuevo, que sí tiene valor para su propietario. Es frecuente, observar cómo perros que han sido estimulados para jugar, por ejemplo, con zapatillas o ropa vieja terminan destrozando zapatillas nuevas, puesto que le hemos enseñado que este tipo de objetos son aptos para el juego.
Esta actitud suele ser una de los más preocupantes para los dueños, que ven como sus muebles, enseres personales y sofás son destruidos cada vez que salen de casa. Este problema puede ser corregido en los primeros meses de vida, pero si el comportamiento se alarga en el tiempo, se hace indispensable acudir a un etólogo, puesto que podríamos hablar de trastornos como la ansiedad por separación, la hiperactividad o las conductas obsesivas.