El eterno problema: perros que orinan y defecan en cualquier parte. Es un incordio, ¿verdad? Siempre te encuentras sus restos por todas partes, si acaso no los pisas, y acaba siendo una fuente de mal humor, ¿no crees? ¿Y no te gustaría evitarlo?
Imagínate poder enseñarle a tu perro a hacer sus necesidades en un lugar. ¿Te lo crees?
Nunca más encontrarías charcos de orina ni heces en los pasillos, tu perro sabría perfectamente dónde es correcto que haga sus cosas.
Pues esto no es sólo imaginación, ya lo debes saber: es posible y en realidad muy fácil enseñarle a tu perro dónde puede hacer sus necesidades, porque él, al fin y al cabo, QUIERE hacer las cosas como a ti te gustan, sólo tienes que saber indicarle cómo.
Enséñale, y tu perro dejará de orinar y defecar en cualquier parte.
Lo primero que tienes que hacer es habilitar un lugar para él. Puede ser una caja de arena para perros, una esquina con papel de periódico…Incluso hay cajas con césped falso, para estimularlo más.
Ahora bien, cuando tienes el lugar adecuado para que haga sus necesidades, es el momento de comenzar a enseñarle cómo usarlo. Aquí te dejo los tres consejos básicos para eso:
1. En primer lugar, regula sus comidas. Generar un hábito alimenticio donde se especifique qué comerá y a qué hora lo hará, esto debe cumplirse al pie de la letra. También, darle de comer todos los días a la misma hora, durante media hora. Esto es para que calcules: el perro hace sus necesidades, además de al levantarse y antes de ir a dormir, una media hora o cuarentaicinco minutos después de comer. Así pues, cuando come, sabes que en poco rato va a tener que hacer sus cosas.
2. Ya conociendo cuándo tu can desea realizar sus necesidades debes conducirlo al lugar destinado y acondicionado para esta acción, mientras se encuentra los preparativos de la evacuación anímalo y, cuando haya finiquitado el proceso prémialo o dale una recompensa. Dale golosinas y alégrate mucho para que sepa que eso es lo correcto.
3. Cuando veas que está haciendo las cosas donde no le toca…Redirígelo, dile “!¡no!” y llévalo al lugar correcto. No obstante, si no lo ves sino que te encuentras el regalito, no lo busques para regañarlo. Tu canino no entenderá el motivo de tu enfado, ya que no vinculará las heces o la orina en el suelo con la incomodidad y sermón que le expondrás. Sólo límpialo y vigila la próxima vez.
Eso es todo. Como ves no es complicado, son sólo tres sencillos pasos que pueden evitarte todos esos molestos problemas de restos por el suelo. Empieza ahora a enseñarle a tu perro a hacer sus cosas en el lugar indicado.
Por Marcos Mendoza, adiestrador canino.