El Alano es una raza natural de España, poco conocida fuera de ahí. Son perros muy antiguos, pero lo cierto es que no han sido reconocidos por ninguna federación oficial hasta recientemente, más concretamente en el año 2004.
Estamos ante un perro de porte poderoso, un moloso que produce miedo en mucha gente. Como otros molosos, es de cuerpo ancho y expresión intensa, pero, al igual que en esos otros casos, lo cierto es que el Alano dista mucho de ser la máquina de matar que muchos creen.
En general, el Alano Español es un perro tranquilo y leal, y muy trabajador. No es el perro más juguetón del mundo, porque prefiere estar vigilante, cuidando de su familia, y haciendo tareas más importantes.
¿Es un buen perro de compañía? Sin duda. Es un compañero fiel y leal como pocos.
¿Es bueno con los niños? Para sorpresa de muchos, sí que lo es. Es muy paciente con los más pequeños.
¿Es buen perro guardián? ¡De los mejores! Pero necesita que le enseñen.
El Alano Español tiene dos importantes defectos, y es que la mayoría de ellos son recelosos con los desconocidos, y también dominantes.
Ninguno de estos rasgos es malo en sí mismo. Ser receloso lo hace un buen guardián y perro de alerta. Ser dominante significa que, a falta de un líder, va a tomar las riendas para proteger a su familia.
¿Pero qué sucede cuando un perro se vuelve dominante con sus humanos? Les bloquea el paso, marca la casa, gruñe si tocan lo que no quiere, se pone agresivo ante la comida… Puede ser un problema… y estamos ante un perro muy poderoso, no lo olvidemos.
¿Y el recelo? Si no está debidamente socializado, un Alano puede volverse territorial y agresivo con los desconocidos, llegando a provocar incidentes muy graves.
Por suerte es un perro muy leal e inteligente, y no es nada difícil enseñarle unas normas básicas de comportamiento. Solo necesitas unas nociones elementales de adiestramiento, ¡y listo! Un Alano perfecto.
Marcos Mendoza
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