Como bien indica su nombre, este can procede de la fría región norteamericana de Alaska. Aunque hoy su cometido fundamental es el de ser fiel compañero de sus amos, inicialmente sus funciones estaban encaminadas a ayudar al ser humano en las tierras de hielo próximas al Polo Norte.
Su carácter y fuerza -de hecho se trata de la raza nórdica más robusta-, le convirtieron en el mejor perro de labor para tirar de trineos o transportar cargas a través de la nieve.
El perro esquimal
Esta raza, perteneciente al tipo Spitz, ha demostrado tener una entereza y un aplomo suficiente como para enfrentarse a cualquier adversidad meteorológica venida del frío. Se cree que el apelativo de 'malamute' procede de los Mahlemuts, uno de los pueblos esquimales que viven en las regiones heladas de Norteamérica, según rezan algunos textos que se conservan de los primeros colonos americanos.
Al igual que la mayoría de las razas del Norte, podemos situar a sus ancestros en el lobo ártico y en el "Perro de las turberas". Debido a la robustez y vigor de los Alaskan Malamute, muchos de estos canes fueron utilizados para la colonización del norte del continente americano.
Las expediciones polares pronto contaron entre sus efectivos con decenas de estos perros. En Estados Unidos tuvo un gran éxito su difusión como animal de compañía y de labor, tanto es así, que los sucesivos cruces con otras razas fuertes estuvo a punto de llevar al Alaskan hacia su desaparición. Fue a partir del primer cuarto del siglo XX cuando numerosos criadores comenzaron a proteger la pureza de la raza y a establecer sus estándares.
La American Kennel Club fue la asociación encargada en Estados Unidos de estudiar el estándar y aprobar a los criadores. Tras el reconocimiento de la raza por parte de la A.K.C., sobrevino la Segunda Guerra Mundial, época en la que eran muy pocos los ejemplares registrados oficialmente. El Club abriría de nuevo las inscripciones en la posguerra, pero con reglas mucho más estrictas.
Rasgos físicos y estándares
Aunque es bastante similar a los Husky en un primer golpe de vista, en realidad, los Alaskan son mucho más grandes, con más musculatura, carácter más recio y con los ojos muy oscuros (los Husky destacan por tenerlos claros, de un azul casi cristalino).
Los estándares son los siguientes: alzada a la cruz óptima 63,5 cm. para los machos; hembras, 58,5 cm. El peso de los machos debe situarse en los 38,5 k; mientras que las hembras estarán en los 34 k.
Respecto al color de su pelaje, podemos encontrar ejemplares que van desde el negro a tonos más claros de grises. La muda del pelo tiene lugar en verano. El pelaje destaca por su abundancia y aspereza en la capa superior, y el tacto lanoso en el interior.
Poseen algunas manchas blancas repartidas por diversas partes de su cuerpo. Su cuerpo es ancho, robusto y vigoroso. La cabeza es ancha y la coronan dos orejas bastante pequeñas si las comparamos con las dimensiones del cráneo. Sus ojos almendrados le dan una expresión alegre muy característica. Su cola se curva sobre la espalda en reposo.
Carácter
El origen de esta raza determina su temperamento. Estos animales están acostumbrados a vivir en jerarquía y a ser extremadamente serviciales con el hombre. Siempre sometidos a disciplina muy severa, suelen ser muy dóciles y fieles a sus dueños. Su lealtad es casi ilimitada.
Buen guardián y protector, el Alaskan es inteligente, limpio, alegre y obediente. Sin embargo, éste es el resultado de una selección de ejemplares más dóciles, ya que este perro apenas tiene alteración genética y tiene pocos eslabones con respecto a su mayor ancestro, el lobo boreal.
Tiene un ladrido muy agudo, debido a que combina éste con el aullido, rasgo que también se explica por tratarse de un perro más primitivo que otros, en cuanto que tiene menos mezcla genética. Por esa misma razón, se trata de un perro con fuerte carácter y competitivo, lo que puede provocar algún enfrentamiento con otros canes. Si se quiere tener más de un ejemplar, es mejor optar por las hembras, mucho más cálidas y tranquilas.
Divertidos y astutos, les encanta jugar y adorar a sus amos. La nobleza es, sin duda, otra de las características más relevantes de este perro. La honestidad les convierte en una mascota fiel y abierta, que sólo será tímida si se encierra en casa. Este tipo de adiestramiento es negativo para el temperamento naturalmente noble del Alaskan, ya que si no se relaciona ni sale a la calle, puede convertirse en un animal asustadizo, siempre a la defensiva, y, por tanto, peligroso.
Cuida de tu Alaskan
Uno de los aspectos más importantes para cuidar de él, aparte de todas las atenciones que necesitaría cualquier perro, es cepillar diariamente el pelaje. Esta tarea es esencial para mantener un pelo sano y limpio, ya que con ella eliminamos partículas y aireamos las capas más suaves del subpelo.
Obviamente, al ser un perro de exterior, siempre es más adecuado disfrutar de estos animales en viviendas amplias, con grandes jardines o parcelas, donde el can pueda correr a sus anchas, ejercitar su musculatura y mantenerse en forma. Su densidad de pelo también le provoca ciertas dificultades en climas muy cálidos.
Su dieta será rica y variada. Nada más nacer, hay que amputar los espolones de las extremidades posteriores, si los hubiera, normalmente en torno a los 3 ó 4 días del parto.
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