El viaje en coche con perro puede suponer un motivo de distracción para el conductor o dificultar la visibilidad. Por eso es imprescindible cumplir ciertas medidas de seguridad que garanticen un viaje seguro, tanto para las personas como para la propia mascota.
Para comenzar es importante saber que existen distintos sistemas para alojar al perro en el automóvil que facilitan un desplazamiento seguro para todos en el viaje:
- Redes y barras separadoras de los asientos delanteros o de la zona de pasajeros.
- Arnés de seguridad que, mediante una correa, se abrocha al enganche del cinturón.
- Cuando el perro es pequeño, se puede usar un transportín, que se ubicaría en el suelo de los asientos traseros, como haríamos con un gato. Tiene que ser amplio en función del tamaño del perro y mejor si lleva una base absorbente.
Por otro lado, para hacer que el viaje sea más cómodo para el perro, se recomiendan las siguientes medidas y cuidados:
- Hacer paradas cada 2-3 horas para que haga sus necesidades, beba agua y “estire las patas”.
- Nunca colocar al perro en el maletero si no comunica con el habitáculo. Existe el riesgo de calor excesivo, de mala ventilación y de sensación de claustrofobia.
- No dejar al animal en el interior del coche: con las altas temperaturas puede sufrir un golpe de calor, aunque esté a la sombra. Si fuera por causa mayor, debe quedar al menos una rendija abierta, para que haya ventilación, pero sigue suponiendo un gran riesgo para el perro.
- Evitar que saque la cabeza por la ventanilla durante la marcha. Puede golpearse con algún objeto exterior o al frenar el vehículo, además de correr el riesgo de otitis o conjuntivitis.
Cuando lleguemos al destino final solo le proporcionaremos agua abundante y esperaremos a que esté tranquilo y acostumbrado al nuevo lugar para darle su alimento habitual.
- Consejos ofrecidos por Royal Canin.
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Imagen / Flickr: Grelled Cheese.