La naturaleza ha dotado a todos los perros, sean de la raza que sean, de una serie de conductas que les son propias. El perro desciende del lobo, y el periodo evolutivo hasta llegar a nuestros días es relativamente pequeño, por lo que hay comportamientos naturales e innatos que permanecen aún inmutables en los cánidos. Los profesionales aseguran que hay que interpretar y a aprovechar su propio comportamiento para educarlos y adiestrarlos.
Una de las cualidades más destacables de los cánidos es su gran capacidad de comunicación, no sólo para relacionarse entre ellos, sino también para interpretar claramente expresiones y gestos de quienes le rodean. Hay que saber aprovechar esta cualidad para que un animal que ha nacido para vivir, comunicarse y desenvolverse entre individuos de su misma especie, aprenda a convivir sin problemas con los humanos. Para conseguir este objetivo sin fracasar hemos de dar una educación consecuente, es decir, que tenga en cuenta sus formas de conducta originarias.
?Cuál es su lugar en la familia?
El dueño que pretenda educar a su perro sin ejercer autoridad, que no es igual a maltrato, lo que en realidad está haciendo es renunciar a educarlo. En tal situación, el perro se convierte en autodidacta y pone en práctica los comportamientos que le son característicos a su especie, evitando lo que asuste o moleste e incidiendo en aquello que le reporte algún beneficio. Debes saber que, si no pones remedio, será el animal, al no sentirse guiado, el que se autoproclame patriarca familiar y determine las reglas del juego según marquen sus instintos.
Independientemente de su procedencia, edad, raza, sexo, etc., el perro que llega a una nueva familia espera que le ayudemos a orientarse. Intentará averiguar cómo es y cómo funciona el nuevo mundo en el que se encuentra ahora, qué otros seres o cosas hay en él, quién ostenta el mando y qué papel juega él mismo en esta nueva estructura social aún desconocida. Sabedor de que llega a un grupo ya formado y organizado se aplicará en encontrar su lugar y esperará de sus nuevos dueños que le asignen un papel concreto. En caso contrario, será él mismo el que determine su papel.
Evita humanizar a tu mascota
Generalmente, la familia que adquiere un perro suele pensar que el animal les quiere mucho, e incluso, que está muy agradecido porque le han acogido. Muchos dueños tienden a humanizar a su can partiendo de la idea de que éste piensa y actúa como ellos, así, cuando en determinadas ocasiones el perro actúa equivocadamente, los propietarios se sorprenden.
Hay que darse cuenta de que el animal parte del mismo supuesto: cree que nosotros pensamos y nos guiamos según las pautas de los perros. Es aconsejable que no se trate a un animal como si fuera una persona, ya que él puede confundirse. A la hora de comunicarte eficazmente con tu mejor amigo, lo mejor es pensar como él, ya que tu mascota no va nunca a pensar como tú, puesto que no está capacitada para ello.