La fase de crecimiento más rápida de un perro se concentra en los primeros meses de vida y, en consecuencia, las necesidades nutricionales de los cachorros son elevadas, por esto, las necesidades de un cachorro son distintas que las de un adulto. También hay diferentes necesidades dietéticas en función del ritmo de crecimiento, es decir, en relación con la raza a la que pertenecen. La necesidad de nutrientes como proteínas, carbohidratos, calcio y fósforo no será la misma para todos los tamaños.
Proporcionar a un cachorro la alimentación más adecuada es una cuestión de equilibrio y un exceso de cantidad de nutrientes superior a la necesaria, puede causar la aparición de problemas de salud de difícil solución, además del aumento de peso exponiéndolo así a trastornos óseos y articulares. La alimentación hipercalorica (exceso de calorías y/o exceso de grasa) provoca un aumento de peso que causará la sobrecarga de la estructura del esqueleto y es una de las causas de la degeneración en algunas articulaciones.
Los cachorros de razas grandes y gigantes son más susceptibles a la aparición de problemas esqueléticos que parecen estar asociados al ritmo de crecimiento excesivo.
El cachorro hasta el cuatro/sexto mes debe ser alimentado siguiendo las instrucciones en el envase de la comida elegida dividida en 2-3 comidas al día. A partir del cuarto/sexto mes en adelante deben ser alimentados dos veces al día, teniendo en cuenta siempre la edad y el tamaño del animal.
Los perros de talla grande o gigante necesitan el suministro de las proteínas suficientes para el desarrollo de su sistema muscular. Así mismo, es importante que no le falten los ácidos grasos esenciales y los minerales como el calcio, el potasio, magnesio, cobre y zinc, aunque hay que evitar el exceso ya que podría provocarle enfermedades.
También es aconsejable incluir en la dieta los denominados condroprotectores que contribuyen a la formación y regeneración de los cartílagos y pueden prevenir la aparición de problemas como la displasia de cadera y otras alteraciones. Y en la alimentación del perro de tamaño grande ya adulto es importante también incluir antioxidantes naturales, como la vitamina E y C y reducir el aporte de fósforo.
En el mercado existe pienso completo y equilibrado, seco o húmedo, de diversos tipos prestando atención a la forma de administrar los alimentos.
Si se quiere realizar un cambio en la dieta es aconsejable sustituir el alimento progresivamente de modo que la microflora intestinal se pueda adaptar a la composición de la nueva comida, mezclando gradualmente el viejo con el nuevo hasta la sustitución total. Esto es aconsejable hacerlo cada vez que queramos cambiarle la alimentación en la vida del perro.
Los alimentos especialmente formulados para los diferentes tamaños aseguran los nutrientes necesarios para el crecimiento adecuado. Y recuerda los perros de tamaño grande o gigante no necesitan una montaña de comida.