Antiguas leyendas narraban como un lagarto maligno, pero considerado milagroso, despedía sangre por sus ojos para ahuyentar a sus enemigos. El gecko, nombre de este animal de fábula, puede convertirse hoy en tu mascota si así lo decides. Aunque no es un compañero muy corriente, te encantará disfrutar de sus peculiaridades.
Este pequeño y simpático lagarto no es agresivo y requiere los cuidados propios de un reptil. Si decides adquirir uno, no te olvides de aportarle todo lo que necesita para alcanzar un desarrollo idéntico al que hallaría en su hábitat natural. Te ayudamos a que conozcas un poco mejor a tu nuevo amigo El gecko.
Características de tu exótico compañero
Los geckos pertenecen al orden Squamata, suborden Sauria y familia Gekonidae, con 85 géneros. Son numerosas las especies del mismo, 800 en total. Dependiendo del grupo al que pertenezca procederá de una zona del mundo u otra. Se trata de un animal nocturno del que destacan especialmente las ventosas de sus dedos, que le permiten trepar por techos y paredes.
Algunos poseen una facilidad asombrosa para mimetizarse con el entorno y otros presentan la capacidad de desprenderse de su cola en caso de sentirse atacados, por lo que no tienes que agarrarle nunca de esta parte. El amplio abanico de especies existentes, diferentes en tamaño y en color de piel, es la principal causa de que actualmente esta mascota cuente con una gran aceptación entre los simpatizantes y apasionados de los lagartos.
El hogar de tu reptil
Antes de que tu extravagante mascota llegue a casa necesitarás tenerlo todo preparado. Recuerda que la dimensión de su alojamiento dependerá del tamaño y del número de geckos que vivan dentro.
El terrario será de cristal y estará totalmente cerrado para que no pueda escaparse. En el interior de su nuevo hogar deben darse unas determinadas condiciones imprescindibles de ventilación, iluminación, humedad y temperatura. Si no se llevan a cabo estos requisitos tu pequeño amigo sufrirá daños irreparables en su salud.
El adecuado nivel de humedad es un factor necesario para el bienestar del animal y dependerá de la zona de la que proceda. Hay especies que necesitan un 60% de humedad frente a otras que requieren hasta el 90%. No olvides que, por sus hábitos arborícolas, el habitáculo debe de estar decorado con abundantes ramas y frondosa vegetación.
Iluminación y temperatura
El terrario tiene que estar bien iluminado y a una temperatura idónea para los reptiles, que al ser animales de sangre fría, necesitan mantener su cuerpo entre 25 ºC y 28 ºC durante el día, y a unos grados menos durante las horas nocturnas. El calor adecuado lo obtendrás a través de rocas calefactoras y placas térmicas, colocadas bajo la base del habitáculo.
Los focos de iluminación, además de ayudar a conseguir la temperatura ideal, tendrán otro objetivo: cubrir todo el espectro solar ayudando a que tu mascota realice la función de asolamiento, zona donde la temperatura subirá unos 5 ºC más.
Alimenta a tu mascota
Gran parta de la alimentación de tu gecko estará compuesta de insectos: grillos, saltamontes, gusano grandes del tipo zophobas y gusanos de seda. Por otro lado, se completará con frutas: la manzana, el plátano, el albaricoque y cualquier tipo, a excepción de los cítricos.
Si no dispones de fruta fresca puedes cambiar este alimento por potitos de bebé, pero no olvides que es imprescindible añadir siempre a su alimento una dosis de calcio y de vitaminas, complejos esenciales para su organismo. Además, a tu mascota nunca debe faltarle un recipiente con agua.
Posibles enfermedades
Ningún ser vivo está libre de enfermar, por eso hay que prevenir antes que curar. Evita que ciertas enfermedades se desarrollen en tu lagarto.
* Trastornos digestivos: es muy importante que te limites a dar a tu mascota una alimentación sana y equilibrada y, nunca le ofrezcas las sobras de tu comida. Las comerá ansiosamente, pero no las digerirá bien.
* Hibernación: durante la hibernación, al detenerse todos los procesos en el organismo del gecko, es obligatorio que tenga su intestino limpio, ya que si quedan restos de alimentos en su interior cuando comienza el periodo de letargo, se pudrirán en sus entrañas. Evita que esto ocurra haciendo que tu mascota ayune durante varios días antes de la hibernación.
* Estrés: antes de decidirte a tener un gecko como animal de compañía, tienes que recapacitar sobre si lo que buscas es un ejemplar cariñoso. Si es así, este no es el caso de tu nueva mascota. Geckos, iguanas, serpientes, uromastyx, etc., no son animales afables, ni tienen apego a sus dueños. Se consecuente con ello y no trates de educarle, cogerle, acariciarle, mostrarle a las visitas y pasarlo de mano en mano, porque lo único que puede ocurrir es que enferme a causa de estrés.