Hay que tener en cuenta que el juego es el primer vínculo de interacción entre el perro y la persona. Según Javier Peral, Director General de Trixie España: “el dueño de una mascota debe emplear el juego como actividad imprescindible para mantener activa y desarrollar la inteligencia del animal”. Al igual que para los niños, no todos los juguetes son adecuados para todas las edades y características de los perros. Javier Peral indica al respecto que “la persona encargada del animal debe detenerse a pensar cuál es el juguete más apropiado para su mascota”.
La edad del perro es importante
En torno a esto, se deben tener en cuenta las características del animal (edad, edad mental, comportamiento, grado de actividad…), y dos parámetros básicos en toda compra: el hecho de elegir el juguete que guste al perro; y el que no sea perjudicial para su salud. El aspecto de la salud es trascendental, ya que la ingestión de un trozo de un juguete de mala calidad puede producir problemas muy graves para el animal, e incluso la muerte debido a una obstrucción intestinal.
Según la edad del animal, los juguetes en los cachorros cumplen una función de apoyo a su desarrollo. Por ello, juguetes pequeños y blandos (de peluche o látex, por ejemplo) permiten a los cachorros desarrollar su dentadura y aprender a morder.
Para los perros adultos, la adquisición de un juguete ayuda a evitar que el animal se sienta solo -lo que le provoca estados de ansiedad-, pero sobre todo, supone una herramienta imprescindible para lograr una relación idónea entre la persona y la mascota. Por ello, los juguetes más apropiados para los perros adultos son los que permiten interactuar con ellos estableciendo el vínculo de juego. Existen mordedores con mango, pelotas con premio o discos voladores que son idóneos para fomentar esta relación.
Escoger el material adecuado y supervisar el juego
El relleno de los juguetes, también resulta fundamental, no solo por que determina la calidad del mismo, sino por la prolongación de la vida útil que le proporciona. Resulta casi imprescindible que los juguetes blandos, tipo peluche o Látex, e incluso los de caucho blando, estén rellenos de fibra. La fibra es la que obliga a devolver la forma original al juguete, manteniéndolo mucho más tiempo vivo y en buen estado. La fibra idónea para el relleno es el poliéster, ya que es muy ligera, recupera rápidamente el volumen del objeto y resulta neutra en caso de ingestión.
Es muy importante hacer la salvedad de que el dueño debe ser quien dirija el juego de su mascota. Como con los niños, es importante no dejar al animal que juegue solo, especialmente con algunos tipos. Primero porque estamos perdiendo la oportunidad de establecer esa relación con el animal; y segundo porque si el juguete no es de materiales 100% naturales, su ingestión puede provocar importantes problemas de salud, como ya se ha indicado.
Los tipos de material
Los juguetes se pueden dividir en cuatro grandes grupos según el material del que están fabricados: peluche/nylon, látex, caucho y vinilo. Cada uno de ellos cuenta con unas características que nos permiten elegir el más apropiado para las condiciones de nuestra mascota.
El primer material que permite la clasificación de los juguetes según su grado de resistencia es la felpa o peluche. Los juguetes de peluche son perfectos para cachorros gracias a su suavidad y blandura, cualidades idóneas para no dañar su dentadura en desarrollo. Además, son los que menos riesgo conllevan para obstruir el intestino –están hechos de algodón- en caso de que el perro ingiera un trozo. Obviamente, esta cualidad le hace ser el tipo de juguete menos resistente.
Los juguetes de látex supondrían el siguiente grado en cuanto a la resistencia del material. Este tipo de accesorios, pese a tener una resistencia un tanto mayor que la de los de felpa, siguen siendo una opción muy adecuada para los cachorros. Si la composición es de látex al 100% tampoco producen problemas para la salud de la mascota en caso de que el perro ingiera trozos.
En otra categoría, se encuadrarían los de caucho. Por lo general, son juguetes rígidos y/o pesados, ideales para perros adultos gracias a su durabilidad, y a la dificultad para que se deformen o desgarren. Sin embargo, se trata del tipo de material que más peligro puede entrañar para el aparato digestivo de los perros porque es en la gama de artículos en la que más se fabrican con materiales no naturales. Como en el caso del látex, las marcas de referencia en el mercado fabrican sus juguetes con caucho 100% natural, el cual no entraña ningún riesgo para la salud del animal; el peligro radica en los cauchos reciclados con sustancias artificiales. Lo positivo es que a través del olor es fácil identificar el caucho natural del que no lo es, ya que este último huele a neumático.
Por último, se pueden considerar los juguetes de vinilo como los más duros y, casi siempre, pesados; por tanto, perfectos para perros grandes. A pesar de que el vinilo es un material no digerible, los juguetes de vinilo bien fabricados (los que cuentan con un grosor apropiado, comprobable fácilmente por el peso y la textura del juguete) no conllevan ningún peligro. Los perros tan sólo pueden ser capaces de desgarrar trozos tan insignificantes que no entrañarían ningún peligro para la salud del animal.