Los perros corren. Los perros persiguen gatos, bicicletas, incluso transeúntes. Forma parte de su naturaleza. Los perros a veces escapan en pos de su presa, incluso aunque sea un juego. Los perros no comprenden el peligro de cruzar sin mirar a los lados o de un coche en movimiento, por lo que, a veces, pueden sufrir trágicos accidentes.
Es esencial enseñarle a tu perro que debe permanecer a tu lado en todo momento. Si no lo haces tu perro podría escapar, ser atropellado, sufrir trágicos accidentes. Me dirás que tal vez “no suceda”, ¿pero puedes estar seguro? Pregúntate lo siguiente: ¿la seguridad de tu perro vale el esfuerzo, o no te importa lo que sufre?
Enséñale a estar a tu lado durante el paseo y a no correr tras coches, niños, bicicletas o gatos y te asegurarás la seguridad de tu perro para que no pueda sufrir trágicos accidentes de tráfico al escapar. No lo hagas, y quizá no suceda nada, o tal vez tu perro eche a correr y lo último que oiga sea el pitido de un coche al embestirlo.
¿Quieres pruebas? Bien, estadísticamente hablando, de media se atropellan diez millones de perros al año en un país como España. Diez millones. Es un hecho que, con la debida educación y las debidas seguridades, al menos un 70% de estos atropellos no llegarían a existir, porque esos perros estarían a salvo junto a sus dueños.
Los datos son abrumadores, y la mayoría de los dueños, lo ignoran y no hacen nada para prevenirlo.
No seas como ellos y escucha mis consejos, así es como salvarás a tu perro:
1. No lo sueltes. Lo repito de nuevo, no lo sueltes. Cuando pasees a tu fiel amigo utiliza la correa. Puede que no te guste la idea, tal vez prefieres ver cómo corretea a sus anchas, pero ten por seguro que si algo capta su atención, le será más fácil dejarte atrás si está suelto que no si lo tienes atado con la correa. Así que sujétalo.
2. Tú eres la fuente de todos los placeres. Tu perro debe saber que de ti siempre van a salir cosas buenas: elogios, halagos, golosinas, caricias y palabras tiernas. Debe saber que no hay nada más emocionante y placentero que hacerte caso, de manera que siempre estará contigo, buscando una caricia, una chuchería, un mimo más.
3. La comida del suelo no se coge. Enséñale a no comerse nada que no le hayas dado tú. Hay un truco curioso e inofensivo, que trata de dejar trocitos de carne con pimienta dentro por el jardín y en la calle, donde tu perro lo encuentre y se lo coma. La pimienta no le gustará, lo hará estornudar y toser; estará bien, pero cada vez se comerá con más recelo lo que encuentre por ahí, y verá que sólo tu comida le sienta bien.
Pero lo más importante…
¡Sé su líder!
No importa cuánto cueste, debes enseñarle que tú mandas y que debe obedecerte. Es lo que debes empezar a hacer ahora mismo: educar a tu perro, adiestrarlo para que entienda que su lugar está en la posición e seguidor, obedeciendo tus órdenes para recibir más recompensas.
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Marcos Mendoza
