Acompáñanos en la linda historia de Fito, él nos enseñará que muchas veces los obstáculos en el camino llegan con un propósito, y al ser fuertes y superarlos, la recompensa será de grandes dimensiones.
La historia de Fito inicia en uno de los barrios más humildes de la ciudad de Cali, Colombia, donde la pobreza hace parte de cada uno de sus habitantes, el barrio el Calvario era el hogar en aquellos días del guerrero Fito, donde no pasaba los mejores momentos de su vida, al contrario, era ese instante del cual deseamos poder abrir los ojos y no volver a despertar.
Fito fue encontrado en un lamentable estado, tenía desnutrición severa al punto de no poder sostenerse de pie, un tic nervioso en su cuello y pata derecha, que llevó a pensar a sus rescatistas de un posible moquillo en fase nerviosa. Pero, fueron sus ojos llenos de esperanza, fuerza y nobleza, lo que incentivó a sus rescatistas a sacarlo inmediatamente del sitio para ponerlo a salvo y realizar los exámenes pertinentes para evaluar su estado.
Los resultados de los exámenes de nuestro luchador dio positivo al moquillo que tanto se temía, el tic nervioso en su cuello y pata derecha era debido a la fase en que se encontraba la enfermedad, también arrojó anemia, parásitos, plaquetas bajas y una infección que generaba inflamación en sus órganos y le producía disuria. Con gran tristeza se comprobó que Fito era adicto a drogas alucinógenas (marihuana y basuco), drogas que sus compañeros y únicos amigos en ese momento le habían dado, el ser humano.
Debido a la abstinencia de consumo de la droga, Fito presentaba agresividad y ansiedad por su adicción, lo que hacía difícil su recuperación teniendo en cuenta que tenía daño en su parte nerviosa.
Pasando por encima de cualquier pronóstico, el hermoso luchador comenzó con su recuperación, con líquidos intravenosos, sopas, medicamentos homeopáticos, desintoxicación y terapias, poco a poco su semblante iba cambiando.
Hoy en día Fito disfruta de la vida por la que tanto luchó, al lado de una maravillosa familia que decidió darle una nueva oportunidad y ayudarle a dejar en el pasado todo lo que llegó a ser tormento, hoy la historia de Fito es diferente
Fito con su familia adoptiva.
Cuando encuentres un obstáculo en el camino recuerda que al final te espera la más grata recompensa.
Agradecimientos
- A Jairo Marin Anaya por no desistir con Fito y permitir contar su historia.
- A las personas que apoyaron el caso de Fito, sin ustedes no sería posible cambiar una vida.
Visita: (Negrita, el amor que venció los pronósticos médicos)
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