La mayoría de los peces tropicales con los que poblamos nuestros acuarios viven perfectamente a una temperatura comprendida entre los 24 y 28 ºC. Sin embargo la calefacción en el acuario para algunos peses quizá necesiten algo más de calor, pero solamente les es imprescindible para la reproducción.
Dado que la temperatura habitual de una habitación doméstica es de 21 a 23 ºC, la diferencia de temperatura entre el acuario y el ambiente que le rodea será de, aproximadamente, uno a seis grados y para conseguir este aumento necesitaremos un calentador. De todos modos, en muchas regiones de España podremos prescindir de él durante varios meses al año.
Potencia necesaria
El antiguo método de calcular la potencia del calentador a base de un vatio por litro es totalmente erróneo a menos que pretendamos tener acuarios tropicales en un cobertizo de alta montaña. En la práctica hemos podido comprobar que dicha proporción no sólo es excesiva, sino también peligrosa. Se puede mantener un acuario perfectamente con 0,2-0,3 vatios por litro, pues esta potencia nos permite salvar diferencias de temperatura de más de 6 ºC entre el acuario y la habitación.
Una temperatura de 15 ºC sería perjudicial para la mayoría de especies tropicales, pero es poco probable que alguien deje descender la temperatura de su casa hasta nueve grados sin poner en marcha la calefacción. Además, es mucho más seguro emplear un calentador poco potente que funcione de forma continua, que uno muy potente que se conecte y desconecte constantemente regulado por su termostato. En este último caso podría producirse una avería en el termostato, lo que provocaría la cocción de los habitantes del acuario.
Tipos de calentadores
Los calentadores más comunes constan de una resistencia alojada en un tubo de vidrio cerrado herméticamente y provisto de su propio termostato para mantener una temperatura constante. Suelen ser completamente sumergibles y pueden fijarse a uno de los vidrios mediante ventosas. En los acuarios grandes es preferible emplear varios calentadores pequeños o medianos en vez de uno muy grande.
Siempre será más seguro colocar dos calentadores de 150 vatios a cierta distancia el uno del otro, que un solo aparato de 300 vatios en un rincón. Es importante que el calentador esté en la zona de máximo movimiento de agua (salida de filtro, cerca del difusor, etc) para favorecer la transmisión uniforme del calor que irradia.
Corrientes térmicas
En acuarios grandes pueden emplearse otros sistemas de calefacción. Los más habituales son mediante cable, calentador enterrado en la gravilla del fondo (empleado también en los terrarios) o por esterilla calefactora situada debajo del propio acuario.
Estos dos sistemas tienen la gran ventaja de que producen un calentamiento muy uniforme y desde abajo, lo cual genera una suave corriente térmica que es muy beneficiosa para las plantas a la vez que hace circular el agua del fondo evitando que ésta quede retenida y favorezca la aparición de bacterias anaerobias. Este tipo de calentadores se regulan mediante un termostato aparte.