La hipersensibilidad alimentaria es una reacción anormal a una sustancia normal. Mientras que esta reacción requiere una exposición previa a la comida, el tiempo durante el cual el gato toma una dieta hasta que desarrolla los síntomas es muy variable.
Algunos animales adquieren una hipersensibilidad a un alimento en pocos días, mientras otros pueden tomar una dieta durante años antes de desarrollarla.
Cualquier ingrediente alimenticio es susceptible de generar esta hipersensibilidad, aunque la proteína suele ser la causa más habitual.
No es una patología de gran incidencia, pero se detecta en un 10-20% de los casos de dermatosis felina, debido también a la dificultad de llegar a diagnosticarla. Otros tipos de hipersensibilidad son más evidentes y se dan con mayor frecuencia, por ejemplo, la alergia a alérgenos como el polen o la picadura de pulga.
Signos y síntomas de la hipersensibilidad
Los signos clínicos más frecuentes son los dermatológicos, aunque también pueden observarse manifestaciones gastrointestinales, respiratorias y del sistema nervioso central.
Los síntomas asociados a la alergia alimentaria varían enormemente en cuanto a gravedad y clase, y pueden ser difíciles de diferenciar de los que se dan en otras enfermedades.
El principal signo que se observa en un gato con hipersensibilidad a algún componente determinado de la dieta es el picor.
El animal mitiga ese picor lamiéndose, rascándose y mordisqueándose la piel, por lo que también se asocia a otros signos, tales como cambios de color del pelo por efecto de la saliva (suele adoptar un color rojizo u óxido), lesiones dermatológicas leves: enrojecimiento, áreas costrosas, descamaciones, alopecias o falta de capa capilar, entre otras, o lesiones dérmicas graves -erosiones o úlceras- que requieren de atención veterinaria inmediata.
Las zonas que se ven afectadas con más frecuencia son la cara y el cuello, observando en ellas picor, costras o descamaciones, dermatitis miliar, alopecias, granuloma eosinofílico u otitis externa.
Además de los signos dermatológicos más frecuentes, también pueden presentarse síntomas gastrointestinales, los cuales pueden aparecer solos o acompañados de lesiones dermatológicas. Las manifestaciones estomacales más habituales incluyen vómitos, abundante diarrea acuosa, enfermedad intestinal inflamatoria, colitis, etc.
Los gatos con hipersensibilidad alimentaria también pueden presentar signos respiratorios o neurológicos, aunque son poco frecuentes. Otros síntomas atribuibles a la hipersensibilidad alimentaria son: hiperactividad, hiperestesia y asma felino.
Diagnóstico y tratamiento de la hipersensibilidad alimentaria
El análisis de la hipersensibilidad felina es una tarea complicada dado que los síntomas son poco específicos. Para llegar a un diagnóstico de dicha patología es necesario obtener un extenso historial dietético y así identificar todas las fuentes de proteínas de la dieta, realizarle una exploración física completa, test de laboratorio y pruebas sobre dietas de eliminación.
El objetivo de este tratamiento de eliminación consiste en ver si el gato mejora cuando disminuye su exposición a los alérgenos sospechosos.
Se trata de una dieta que contiene ingredientes que no han sido ingeridos previamente por el animal en cuestión. Debe ser administrada únicamente durante un periodo determinado, de hasta 10 semanas en algunos casos.
Si los síntomas remiten durante la administración de la dieta de eliminación, probablemente se trate de una alergia alimentaria.
Identificar específicamente la proteína causante requiere un test de provocación. Es una manera eficaz de diagnosticar la hipersensibilidad, pero requerirá tiempo y un compromiso importante por parte tanto del propietario, como del veterinario.
Dado que las dietas de eliminación deben administrarse durante largos periodos, es necesario que sean equilibradas y completas, especialmente si el felino que padece la hipersensibilidad es joven o inmaduro.
Debemos recordar la necesidad de taurina de los gatos, por tanto, la dieta de eliminación debe incorporar este aminoácido en su composición para evitar deficiencias.
Este régimen alimenticio debe contener únicamente uno o dos alérgenos potenciales, preferiblemente, que el animal no haya ingerido con un mes de anterioridad.
Las dietas de eliminación que suelen utilizarse en gatos contienen cordero, pato, salmón, etc. como fuentes de proteínas, junto con fuentes de carbohidratos como el arroz.
Lo más recomendado para esta enfermedad
El pato es una fuente de proteínas raramente utilizada en los alimentos para gatos, y por tanto, útil en las dietas de eliminación. Además, es muy digestivo, por lo que favorece la absorción y asimilación. Es especialmente interesante en felinos con hipersensibilidad alimentaria o con determinadas intolerancias, en las cuales el proceso digestivo puede estar alterado o mermado.
Es conveniente la utilización de ácidos grasos esenciales, tales como Omega 3 y 6 en las dietas para gatos con estos problemas dado que favorecen la salud de la piel y el pelo, y poseen propiedades anti-inflamatorias.
En el caso de felinos afectados por la alergia estos ácidos mejorarán el estado pruriginoso (o de picor) de su piel, así como las descamaciones o costras, y reducirán la inflamación de la piel o del intestino.
Si un gato desarrolla una alergia o una intolerancia alimentaria, es básico acudir a un veterinario para que realice un diagnóstico de la enfermedad y establezca un tratamiento dietético y/o médico.
El seguimiento de este tratamiento, ya sea con una dieta de eliminación o con diferente fuente proteica, debe ser realizado exhaustivamente, para así poder conseguir mejoras en la salud del animal.
Obviamente, en este tipo de gatos hay que evitar cualquier aporte extra en su alimentación, tales como los snacks o golosinas y restos de comida.
Imagen gato cascabel rojo: zaimoku_woodpile / flickr
Imagen tres gatos comiendo: jon_a_ross / flickr
Imagen gato y piña: zeeweez / flickr
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