Coqui se enfermó mucho, tenía un tumor en la cabeza, lo extrañamos mucho.
Después de un tiempo llegó el Michi, un gato de lo mas trastornado, lo castramos pero nunca perdió el instinto, solo venía a comer y dormir, en la cama de mi hermana. Un gato blanco y negro que se canso de rasguñarnos y rompernos los pantalones. Recuerdo un verano estabamos en la vereda y el Michi salió afuera, había muchos perros en la cuadra y se encargó de ponerles límites a todos. Ningún perro podía pasar por la vereda si él estaba afuera. En una de esas corridas lo atropelló una moto, una señora que nunca preguntó si el gato estaba bien. Por 2 días no salió del galpón del fondo, pero no estaba lastimado sino asustado. Cuando se le pasó siguió haciendo de las suyas, como esa vez que apareció con las garras rotas por un alambrado.
El Michi vivió 16 años con nosotros, 16 felices años. Murió feliz, supongo.
Luego me casé, me mudé y apareció en mi vida Junior un perro, raza perro, que fue la mascota de mis hijas y a quien ellas le hicieron lo que quisieron. En ese tiempo yo vivía en el campo, así que sabía donde estaban mis hijas porque ahí estaba Junior. Murió y nos dejó a todos muy tristes. 13 años hermosos nos dió.
Antes de que Junior se vaya apareció en mi vida BeBé, su mamá gata había parido 6 crías en un terreno cerca de mi casa y los machos los mataron. La única que se salvó fue BeBe. La mamá apareció un día con ella muy chiquita en su boca y la dejó en mi cocina. Fue amor a primera vista. Desde ese momento se transformó en mi BEBE. Sólo se dejaba tocar y alimentar por mi. Era muy arisca con las personas. Recuerdo que mi marido y mis hijas se quejaban porque no los dejaba que la acaricien.
Hace 8 años nos mudamos desde el campo a la ciudad y hubo que darle unas gotitas para que se calmara, pero no se calmaba. Le tuve que dar una dosis altísima para que se calme y así la traje. Después de eso se volvió una gata súper docil. Dormia en mi cama, vivía en mi cama, de hecho. Hasta que hace 1 año y medio un vecino, una persona desalmada y asquerosa, un ser humano horrible, le pegó un tiro. Una semana peleó contra esa bala. Pero no pudo. Y se fué.La extraño horrores, y todavía hoy se me caen las lágrimas al escribir estas palabras.
Unos meses antes de que BEBE se fuera, apareció en nuestras vidas Homero, un perro que no está bien de la cabeza pero que adoramos de todos modos. Es un meztizo, cruza de manto negro y doberman y por ahí se le cruzan un poco los cables. Bebé no lo dejaba entrar en mi habitación pero cuando ella murió se hizo dueño de la habitación, la cama, la casa y toda la familia. Es un perro muy guardián, nunca le enseñamos nada pero es muy guardián.
Amo a los que se fueron y a Homero, que es un bombón precioso. Ya subiré fotos para que lo vean.