Muchas personas se pregunta si la educación en los perros es importante, sin entender que educando a sus perros se evitan esos pequeños y molestos problemas, como la orina en los rincones de la casa, los ladridos a cualquier hora del día, los gruñidos al ir a tocar el plato de la comida o al apartar al perro para poder pasar, peleas con otros perros, tirones de correa, o actitudes miedosas ante cualquier cosa.
Educando correctamente a un perro, como sucede con los niños, consigues el mejor comportamiento deseable. Logras que tu fiel amigo siga las normas de conducta que desees, que pasear se convierta en un placer, y el perro, en la mejor compañía que pudieras desear.
Si te preguntas por qué deberías educar a tu perro, si al fin y al cabo tampoco tiene tan mal comportamiento, pregúntate por qué no deberías hacerlo. ¿Qué pierdes?
Educando a tu perro consigues mejorar su conducta, y pasas más tiempo con él, un tiempo feliz en el que fortalecéis vuestra relación. ¿Hay algo mejor que eso?
Los perros que reciben una buena educación tienen un 70% menos de probabilidades de meterse en una pelea o escaparse de casa para perseguir una bicicleta, un coche o un gato. Asimismo, el 82% de los perros sin educar en algún momento escapan o agreden a sus dueños, visitantes o desconocidos.
Las estadísticas no mienten. La educación es primordial para el bienestar de la familia, de tu perro, y el tuyo propio.
Y conseguir educar a tu amigo es tan simple como darle ejercicio y poner unas normas de comportamiento.
Sí, eso es todo. Así de fácil: sólo necesitas normas y mucho ejercicio.
Claro, hay que trabajarlo, y cuesta algo de tiempo, pero los resultados son envidiables. No te preocupes, te daré algunos consejos:
1. En cuanto al ejercicio, lo ideal son tres paseos de media hora cada día, pero algunos perros tienen mucha energía. Si ves que tu compañero sigue hiperactivo, nervioso u estresado, amplía el tiempo de los paseos, o inventa juegos en casa para que se canse.
2. Idea tus normas, y sé firme con ellas. Si no puede subir al sofá, que no suba, y punto. No hay concesiones bajo ningún concepto. Debe saber que tú mandas, y la única manera es siendo más cabezota que él.
3. Lo más importante…¡Las recompensas! Cuando tu perro haga algo bien, ¡recompénsalo! Golosinas para perros, caricias, palabras alegres, estas cosas ya son premios para él; dispénsalas sólo cuando haga algo bien, pero hazlo mucho, para que sepa que conseguirá cosas buenas si se comporta como tú quieres.
¿Te he convencido? No es difícil, no es caro, no es complicado ni te toma mucho tiempo. La educación de tu perro es sencilla, como un juego para los dos. Empieza ya a entrenarlo, no te arrepentirás nunca.
Como habrás podido ver enseñar a tu perro es muy necesario, pero siempre quedan dudas, ¿verdad? Yo te pongo la solución a ello aquí mismo, en donde a tan sólo un clic podrás acceder a mis consejos totalmente gratis:
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Marcos Mendoza