Para el oído humano, un ladrido es un simple ruido, a veces muy molesto, que no tiene demasiada importancia. Para el dueño de un perro, el ladrido de su mascota puede no ser muy revelador, sin embargo, puede contener mucha información para otros perros.
Esto es lo que han querido demostrar los científicos del Instituto Biológico de la EötvösLoránd University de Budapest, en Hungría. En su estudio, publicado en la revista Applied Animal Behaviour Science, analizaron las diferencias entre los ladridos de perros familiarizados con otros semejantes y los ladridos que los canes emitían al escuchar a perros desconocidos; con el fin de estudiar su comportamiento ante unos u otros.
Llegado el momento de investigar acerca de cómo afectaban los diferentes ladridos al comportamiento de los canes, los científicos descubrieron que los perros estudiados distinguían el ladrido de un perro familiar del de un perro desconocido: cuando el ladrido que se emitía les era familiar, los perros corrían hacia la puerta expectantes, dando la bienvenida a su compañero. Por el contrario, cuando el animal se encontraba ante un ladrido desconocido, permanecía mucho más tiempo lejos de la puerta.
Hasta el momento, el estudio únicamente ha podido concluir con la demostración de que nuestras mascotas son capaces de distinguir el ladrido de un perro conocido del de un desconocido, y actuar en consecuencia. Sin embargo, el equipo de expertos de la universidad de Budapest sigue investigando acerca de la comunicación de los canes, esperando resultados notables.
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