Curiosidades sobre los gatos Naranjas
Los gatos Naranjas suelen ser machos
El color naranja es transportado por el cromosoma X. En las hembras, podemos encontrar dos cromosomas X y en los machos un cromosoma X y otro Y. Para que una hembra sea naranja, los dos cromosomas X deben de llevar el gen anaranjado en los dos cromosomas X, lo cual es más complicado que en el caso del macho en el cual solo es necesario que lo lleve en el cromosoma X, ya que el Y no da información sobre el color si no únicamente sobre el sexo.
El gato atigrado naranja, o Golden Tabby, puede tener tres tipos de manchas en su pelaje.
Atigrado: Es el más habitual y su pelaje ira formando lineas que se repartirán por todo su cuerpo.
Marmoleado: Su pelaje forma franjas anchas de color con forma de remolino a lo largo del cuerpo del gato
Manchado: El color del pelaje forma manchas distribuidas por todo el cuerpo, como si de un pequeño guepardo se tratase
Como curiosidad, todos los gatos atigrados (también de otros colores que no sean el naranja) cuentan con una M en su frente. Para intentar explicar esta marca característica, las religiones cristiana y musulmana crearon dos leyendas:
En la religión cristiana se dice que en el establo donde nació Jesús había muchos animales y el niño no podía dormirse. Por eso, todas las noches una gata atigrada acudía a acurrucarse junto a él y ronronear hasta que se dormía. Como agradecimiento la Virgen María la acarició en la cabeza y allí apareció la M que fue pasando a todos sus descendientes.
La religión musulmana dice que Mahoma descansaba junto a su gata Muezza que estaba dormida encima de la manga de su traje y, para no molestarla al moverse, corto la manga. La gata agradecida se froto en sus piernas al despertar y Mahoma le acarició en la frente donde apareció la M que fue pasando a todos sus desdendientes.
Es muy importante su correcta sociabilización
Los gatos naranjas suelen ser muy sociables y extrovertidos así como activos y juguetones. Son ideales para familias con niños porque, aunque al principio pueden mostrarse tímidos, enseguida estarán jugando con cualquiera que les preste atención.
Pero si cuando son pequeños no se realiza una correcta sociabilización o han tenido una mala experiencia, se pueden volver muy testarudos y distantes. Es importante que desde pequeños se acostumbren al contacto humano positivo y, a poder ser, que permanezcan junto a su madre hasta los 3 meses. Si esto no es posible, debemos ser los encargados de enseñarle lo que aprendería junto a sus hermanos y su madre para lo que es importante no jugar con las manos y enseñarle a controlar los mordiscos y ataques que realiza mientras juega.
Nuestro gato Link
Link llegó a casa con unos 9 meses y sospechamos que tuvo alguna mala experiencia en su vida anterior porque en sus primeras semanas era muy desconfiado: estaba siempre en guardia y le costaba aceptar caricias. Aun así, con paciencia y dejándole su espacio para que se fuese acostumbrando poco a poco a su nueva casa, sus hermanas y nosotros, ha resultado ser un gato naranja en toda regla.
No calla ni debajo del agua (literalmente porque le encanta meterse en el fregadero) y se pasea por casa contándonos sus vivencias diarias con una variedad de sonidos que nunca habríamos creído que un gato pudiese emitir. Además, parece un motorcito y siempre que viene a pedir mimos empieza a ronronear a todo volumen. A pesar de que le costó coger confianza, ahora no duda en tumbarse panza arriba para que le rasquemos la tripa cada vez que tiene oportunidad.
Pero todo lo que tiene de mimoso lo tiene de movido, no pierde la oportunidad de jugar con nosotros, con Lucca o con Zelda y, cuando menos te lo esperas, comienza a echar carreras por casa como alma que lleva el diablo. Le encanta jugar al escondite y a que le persigamos, se esconde en un rincón de la casa y empieza a llamarnos y, en cuanto llegamos, sale pitando a esconderse de nuevo y volver a empezar.
¿Tu gato también tiene el carácter típico de los gatos naranjas? Cuéntanoslo en los comentarios y déjanos la foto de tu pequeño felino