Los tres colores del pelaje de los gatos tricolores
La gama de colores que encontramos en el precioso pelaje de los gatos es absolutamente fascinante: negros, blancos, atigrados, anaranjados, azulados… Colores puros y, también, pigmentos mezclados: blanco, negro y gris, naranja, chocolate y amarillo… Cientos de combinaciones que parecen tonalidades diferentes, pero que en realidad se forman mezclando solamente tres colores: el naranja, el blanco y el negro.
Pero ¿qué es lo que decide que un minino nazca blanco, negro, naranja, bicolor o tricolor? La respuesta está en sus cromosomas sexuales o, lo que es lo mismo: el color que lucirá el gato en su vida adulta dependerá en gran medida de su sexo.
Para comprenderlo mejor viene bien refrescar un poquito nuestros conocimientos de biología. Vamos a ello.
Como sucede con otras especies de mamíferos, los dos cromosomas sexuales de las hembras son X, mientras que los cromosomas de los machos son uno X y el otro Y. Es decir: las gatas tienen cromosomas sexuales XX y los gatos tienen cromosomas sexuales XY.
Los colores negro y naranja están ligados al cromosoma X. Eso quiere decir que como el gato macho solo tiene un cromosoma X, este tendrá que “elegir” entre decodificar uno de ambos colores (negro o naranja) y en ningún caso podrá leer los dos al mismo tiempo. Las hembras, como tienen dos cromosomas X no tienen ningún problema con esto: uno de los X puede leer el color naranja y el otro cromosoma X puede decodificar el color negro.
Pero ¿qué sucede con el color blanco? Este color no está determinado por los cromosomas sexuales X o Y, sino que depende de un gen llamado W (por blanco, “white” en inglés). Tanto los gatos como las gatas pueden tener activo este gen algo que, lógicamente, influirá también en el color final que lucirá en su pelaje. ¿Tienes un gato con “o” que tiene tres colores? No te preocupes, no es un bicho raro, simplemente es un gatito macho que ha nacido con dos cromosomas X (XXY).
Algunas razas de gatas tricolores
No todos los gatos tricolores – o mejor dicho, las gatas tricolores- son iguales. Existen muchísimas variedades y combinaciones cromáticas que dan lugar a cientos de colores de pelaje a cual más fascinante. De todas formas, sí existen algunas combinaciones llamadas “clásicas”. Por ejemplo las tres siguientes:
Gata tortuga o “Carey”: gata en la que predomina el color negro sobre otros tonos. El manto se muestra muy difuminado sin grandes bloques de color sólido en ninguna parte del cuerpo. Una curiosidad: los marineros japoneses de la antigüedad tenían la sabia costumbre de llevar en sus viajes al menos una gata “Carey” como amuleto de la buena suerte.
Gata “Calicó”: gata tricolor en la que el blanco es el tono dominante formando grandes manchas sobre todo en la zona del pecho y de las patas delanteras. Los otros
dos colores – negro y naranja- también se distribuirán por el cuerpecito del felino formando siluetas y manchas más o menos extensas.
Gata atigrada: gata en la que aparecen más o menos compensados los tres colores blanco, negro y naranja formando una especie de rayas que les dan aspecto de tigresas en miniatura. No nos gustaría terminar este artículo sin desmentir un bulo, fake o leyenda urbana sobre los gatos tricolores: su color especial no es el responsable de que estas gatas tengan mejor o peor carácter, estén más o menos integradas en su familia humana o tengan o dejen de tener manías, miedos, fobias o inseguridades. Como sucede con los perros, a veces los gatos necesitan apoyo profesional para superar sus pequeñas manías, psicoeducadores que intervengan eficazmente con el felino y el humano para conseguir que convivan en paz, armonía y, por supuesto, felicidad mutua.
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