No soy mucho de día internacionales, quitando aquellos que nos hacen recordar
causas importantes.
Ahora con la popularización de internet nos enteramos de que todos los días
es el día internacional de algo, a veces incluso de varias cosas a la vez.
¿Sabías que existe el día de la croqueta? Pues se celebró el mes pasado.
En cualquier caso adoro los mininos y hoy es una buena excusa para compartir
imágenes de gatos que tomamos en Marrakech, donde son los dueños absolutos
igual que comprobamos el año pasado en Chaouen.
En Marruecos el gato es el animal preferido por encima del perro y
parece ser que ésto se debe a una cuestión de higiene, pues el gato caza
ratones y mata bichitos poco deseados en el entorno doméstico, además
de ser un animal más independiente que no necesita depender del
cuidado de una familia.
De hecho los gatos marroquíes no suelen pertenecer a ninguna casa, campan a
sus anchas por calles y terrazas, autoabasteciéndose o siendo alimentados por
la comunidad.
Están acostumbrados a la gente y no suelen huir, por el contrario, muchos se
acercan si les dices algo para ver si consiguen algún regalito.
Cerca del riad en el que nos alojamos había un mercado de comida y allí se
encontraban estos tres pequeños, libres entre los puestos pero cuidados por
su madre.
Se convirtió en uno de los rituales de nuestro día: salir del riad para dirigirnos
a la Plaza de las Especias, atravesar el mercadillo y esperar ver a los gatitos,
frecuentemente jugando entre ellos.
Nos quedábamos un buen ratito disfrutando de sus juegos y a veces la mamá
gata aparecía, una vez con un pescadito en la boca que le había regalado el
pescadero de uno de los puestos.
Es sorprendente ver a los gatos esperando delante de los puestos de pescado.
En una de las fotografías que veréis más abajo tenéis a un grupo de gatos muy
colocaditos que parecen estar esperando su turno ;-)
Una noche de vuelta a nuestro riad vimos cómo uno de los pequeños gatos
(imaginamos que los otros estarían ya dormidos) jugaba con su madre. Fue un
momento especial, Javier y yo embobados viendo las cabriolas del pequeño
haciendo que atacaba a su madre, escondiéndose para luego saltar sobre ella.
La mamá hacía como que no esperaba el ataque y simulaba una lucha para
acabar sujetándolo debajo, momento que aprovechaba para lavarlo.
Nosotros con la sonrisa puesta y pensé en sacar el móvil para grabarlo pero,
como Javier me dijo, "mejor disfrutemoslo, mami".
Ya os digo, uno de esos momentos entrañables para recordar.
En la terraza de nuestro riad encontrábamos algunas noches este grandote y
cariñoso minino que no parecía ser del hotel.
Pedía caricias y juegos. Por el tamaño y el pelaje se notaba que estaba bien
cuidado aunque le faltaba un ojo, seguramente debido a alguna pelea (vimos
bastantes gatos tuertos y también algún perro).
Solíamos subir un ratito todas las noches y Javi aprovechaba para disfrutar
de él.
Me encantan los animales, prácticamente todos, aunque debo reconocer mi
debilidad por el gato.
Son encantadores canallas que siempre te dejan con ganas de más juegos y
mimos.
Como nuestro Pichu, el gato de mi hermana, del que disfrutamos sobre todo en
vacaciones.
Mi sobrino el peludo (como yo lo llamo) tiene mamitis y siempre se deshace
con su madre. Ved si no la siguiente imagen.
Pues eso, felicidades a todos los gatitos en su día.